El VAR II

Patricio Durán

En el artículo anterior habíamos dicho que hay políticos que se cambian de partido con una facilidad asombrosa, y sin ningún rubor. Sería interesante disponer de tecnología como el VAR, que nos permita descubrir a los politiqueros, a aquellos que se alzan con “el santo y la limosna”, a los corruptos, a los mentirosos, a aquellos que abusan de los bienes del Estado en su beneficio, a aquellos que se cambian de camiseta, que no tienen ningún mérito en otros campos como el académico, empresarial, o político.

Afortunadamente si contamos con el medio idóneo que nos permite identificar a los farsantes, a quienes “queman tiempo” para evitar que la justicia les haga pagar sus fechorías, a quienes ponen zancadillas a sus oponentes para colocarse en una mejor posición, a quienes meten la mano y obstaculizan el avance de la justicia y fingen que han sido agredidos, a quienes juegan de una manera sucia y peligrosa y quieren meternos autogol.

El VAR que, en política, examina las jugadas peligrosas, desnuda el despotismo de los tiranos, publica lo que los regímenes autoritarios no quieren que publiquen, son los periodistas, los ciudadanos, las redes sociales. Son ellos quienes analizan las jugadas de los politiqueros y dejan traslucir sus abusos. Suena irónico, pero a esta generación de periodistas, que es la mejor preparada y cualificada, en la “década infame” se les prohibió hacer el trabajo para el que fueron preparados.

Los ecuatorianos hemos jugado toda una década con árbitros venales, quienes han pitado a favor de los corruptos, de los que juegan sucio y en contra de los que practican el ‘fair play’ o juego limpio. Ahora disponemos de un árbitro probo, que es el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio (CPCCST), quien de alguna manera nos reconcilia con la política y con la humanidad.