Cráter de volcán activo alberga un pueblo en una isla japonesa

TURISMO. Una de las ventajas de Aogashima es que gracias a los vapores que emanan del volcán, se puede disfrutar de aguas termales. (Foto: planetacurioso.com)
TURISMO. Una de las ventajas de Aogashima es que gracias a los vapores que emanan del volcán, se puede disfrutar de aguas termales. (Foto: planetacurioso.com)

En la isla de Aogashima existe un coloso que no se ha calmado. Sin embargo, la gente no piensa en que algún día puede volver a erupcionar.

planetacurioso.com

Era 18 de mayo de 1785, cuando la tierra comenzó a temblar. Gigantescas columnas de gas y humo se elevaron desde el cráter del volcán, disparando rocas y otros restos al cielo. Días después, los 327 habitantes de la isla se estaban preparando para evacuar, lamentablemente la mitad no pudo sobrevivir.

Para los habitantes de la isla de Aogashima, 1785 es un año que siempre recordarán, pues aunque la Agencia Meteorológica Japonesa monitoree constantemente aquel volcán activo, siempre hay la posibilidad de que la historia se repita. Aun así, quienes viven allí aman la tranquila vida en aquella exótica isla. ¿Hacemos un viaje virtual?

La vida en la isla
Masanubu Yoshida lleva viviendo en la isla unos 15 años, trabaja para el Gobierno. Cuenta que intenta no pasar mucho tiempo preocupándose por una posible erupción.

En una entrevista a Smithsonian.com dijo: “Nadie puede controlar la naturaleza”. Así pues, el hombre de 40 años prefiere disfrutar la vida en aquella exuberante isla que vivir preocupado de lo que podría pasar. Gran parte del pueblo está asentado dentro del muro exterior del cráter.

Hay muchos pasatiempos para los 127 habitantes y turistas ocasionales, como el senderismo, acampar y nadar. Pero el favorito para los residentes es la pesca.
Por si fuera poco, existen fuentes termales a causa de la energía geotérmica del volcán. Un turista escribió sobre una visita a uno de los saunas naturales de la isla que se puede llevar comida y cocinarla colocándola encima de uno de los respiraderos de vapor. Allí mismo hay ollas y sartenes listos para usarse.

Otros son granjeros o pescadores. La isla es hogar de una destilería de sochu (bebida alcohólica de Japón), un alojamiento, una fábrica de sal y un taller mecánico. Aunque el lugar es pequeño, la mayoría de habitantes prefiere viajar en automóvil en lugar de andar en bicicleta o caminar.

“La gente duda en ir en bicicleta debido a los fuertes vientos y el clima lluvioso”, señalan.