Nicaragua: en paro opositor se exige la salida de Ortega

Nicaragua amanece paralizada en protesta contra el presidente Ortega. Foto: EFE
Nicaragua amanece paralizada en protesta contra el presidente Ortega. Foto: EFE

Managua, Nicaragua AFP

Mercados, bancos, tiendas, gasolineras y pequeñas ventas de comida no abrieron sus puertas este viernes en ciudades y pueblos de Nicaragua, en un paro convocado por la oposición para presionar la salida del presidente Daniel Ortega, quien, en contraofensiva, movilizará a sus seguidores.

Muchos negocios permanecen cerrados por apoyo al llamado opositor pero también por temor a saqueos o asaltos, en medio de una desbordada violencia que deja unos 270 muertos en tres meses de protestas contra el gobierno.

«Estoy trabajando por necesidad. Pero el paro es un arma para presionar al gobierno, porque a esta situación no se le ve fin. Los pobres somos los que estamos muriendo», dijo a la AFP Adolfo Díaz, limpiabotas de 67 años, en un pasillo solitario del mercado Huembes, en el este de Managua, donde hay 4.500 negocios.

El paro de 24 horas convocado por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que aglutina a grupos de la sociedad civil, comenzó a las 00H00 locales (06H00 GMT), respaldado por la cúpula empresarial.

Los bancos, colegios privados y centros comerciales cesaron actividades en varias ciudades, como León y Granada. Solo las gasolineras estatales Petronic están abiertas, y hay poca afluencia de pasajeros en las paradas de autobús.

Según seguidores de la oposición, el paro se cumple en 90%, aunque medios oficialistas reportan normalidad en algunas zonas de comercio. En Mercado Oriental, el más grande -de unos 20.000 negocios-, está a oscuras y prácticamente cerrado.

El paro, el segundo tras el del 14 de junio -que dejó cuatro fallecidos-, se realiza un día después de una gran marcha en Managua y manifestaciones en otras ciudades, con saldo de cuatro policías y un civil muertos en un municipio del sureste.

En la tercera jornada de presión de la Alianza, los opositores irán el sábado en caravana de vehículos por los conflictivos barrios orientales de Managua.

Los opositores reclaman justicia, elecciones adelantadas o la renuncia de Ortega, a quien acusan de desatar una feroz represión contra las protestas y crear una dictadura con su esposa Rosario Murillo, marcada por la corrupción y el nepotismo.

El «repliegue»

En medio del paro, grupos de seguidores de Ortega, ondeando banderas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda), empezaron a reunirse en sectores de la carretera entre Managua y Masaya, 30 km al sur de la capital.

Ortega encabezará en la tarde el histórico «repliegue», que conmemora cada año una gesta guerrillera previa al triunfo de la insurrección popular que, encabezada por el FSLN, derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.

El «repliegue», ocurrido el 27 de junio de 1979 cuando miles de guerrilleros de Managua se retiraron a Masaya para reagrupar fuerzas antes de derrocar a Somoza, se conmemora anualmente con una caminata hasta esa ciudad, la más rebelde del país.

Pero ante la tensión, el festejo se postergó y será una caravana hacia el norte de Masaya, pues en el sur está el combativo barrio indígena Monimbó, atrincherado en resistencia contra Ortega.

«Al repliegue con Daniel (…) vamos ganando la paz. La marcha hacia las victorias no se detiene», dijo Murillo al llamar al acto. Opositores creen que no ir a Monimbó y no hacer caminata es una derrota para el gobierno.

El barrio ha estado en alerta. «No al repliegue», «jamás nos rendiremos», «Monimbó resiste hoy, mañana y siempre», se lee en paredes y barricadas que reforzaron sus pobladores contra las fuerzas policiales que actúan con paramilitares.

«Si no trabajo, no como»

La OEA citó a sesión este viernes a las 14H00 (18H00 GMT) por la grave situación de Nicaragua, luego de que el miércoles la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le presentó un informe que reportó la «profundización» de la violencia y la represión.

Para el gobierno, que rechaza esas acusaciones, los manifestantes son parte de la «derecha golpista», apoyada por sectores de Estados Unidos.

Un grupo de legisladores estadounidenses aprobó el jueves una resolución bipartidista que «condena la violencia del régimen» y pide a Washington más sanciones, además de las que ya tomó contra tres allegados de Ortega y funcionarios policiales.

«Si no trabajo no como. No se trata de no apoyar el paro, sino del sustento de nuestras familias. Necesitamos que esto termine para poder trabajar», dijo Néstor Larios, zapatero de 56 años.

Como salida a la crisis, la Iglesia católica, mediadora en un diálogo entre el gobierno y la Alianza, propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019. Pero fue descartado por Ortega, exguerrillero sandinista de 72 años que gobierna desde 2007 por tercer periodo consecutivo.

El analista Oscar René Vargas cree que la oposición corre el riesgo de desgastarse, mientras que para el gobierno su talón de Aquiles es la economía. Más de 200.000 empleos se han perdido y el Banco Central rebajó la proyección de crecimiento de 4,9% a 1%.