Luego del establecimiento durante diez años de una empresa criminal dedicada al expolio del Estado, a forzar la ley y las instituciones en beneficio de quienes la encabezaban, Ecuador necesitaba de que los encargados de restablecer la democracia y adecentar sus instituciones, lo hicieran marcando distancia de ellos tanto en la forma como en el estilo.
Las redes sociales son el escenario donde hoy se dirime, de manera peligrosa y a veces irresponsable, una verdadera batalla ideológica donde el humor recorre todas sus formas de expresión hasta llegar al sarcasmo y hasta más allá, a la calumnia. Un ámbito furioso donde sólo subsisten los chillidos, los puños cerrados, los afanes de venganza. Es un peligroso ejercicio de la libertad de expresión que, sin embargo, no debe restringirse.
Es una nueva “plaza pública” donde todo y todos caben, pero no todos pueden manifestarse en ella con el mismo tipo de discurso. La arrogancia, los desafíos y la violencia verbal, habituales en nuestra manera de hacer política, nunca han servido al progreso material y moral de nuestra sociedad. Hay que resolver los conflictos con el ejercicio de un poder ordenado, respetuoso, inteligente, previsor, pacífico y profundo.
El respeto a los Derechos Humanos es de doble vía. Hay quienes se alarman cuando se les violan los suyos, pero se quedan tan tranquilos cuando se pisotean los del prójimo, en particular cuando se es el pisoteador. No será una misión sencilla que cada uno asuma el papel que le corresponde al respecto en esa curiosa y veleidosa “plaza pública”. Con sentido del humor y no con arrebatos de ira.
Saber que se sabe lo que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe: sabiduría”. Alphonse Karr Escritor francés (1808-1890)
No basta con alcanzar la sabiduría, es necesario saber utilizarla”. Cicerón Escritor, orador y político romano (106 AC-43 AC)