¿Irá preso?

Rodrigo Santillán Peralbo

El expresidente Correa con prepotencia o miedo, con angustia conciencia o ilusión caudillista, no acató la orden de la jueza que, como medida cautelar, dictaminó que se presentara ante la Corte el 2 de julio y cada 15 días, mientras dure el proceso por el secuestro del político Balda en el que se le ha vinculado como autor mediato (intelectual); en consecuencia, el Secretario Relator de la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador, Carlos Rodríguez, emitió un pedido a la Interpol en Quito, para que se cumpla la orden de la jueza D. Camacho de que se ,localice y capture al expresidente Rafael Correa, con fines de extradición. La interrogante persiste: ¿Irá preso?

Si se cumple el principio de igualdad ante la ley, el ex gobernante debería entender que no tiene privilegios y si delinquió tendrá que pagar sus culpas. Si se considera inocente, debe demostrarlo al ejercer el derecho a la legítima defensa dentro del debido proceso que no concedió a centenas de ciudadanos perseguido durante su gobierno. Ahora el acusado y sus fanáticos dicen que es un perseguido político, que no existe independencia judicial, ni garantías porque no hay estado de derecho.

Con qué cinismo se truecan realidades. Los presidentes de Venezuela y Bolivia, lo mismo que el ex presidente de Brasil y algunas personalidades, dicen que se ha producido persecución política y se solidarizan con el ex gobernante ecuatoriano. ¿Acaso les falta información o son muy despistados por intereses políticos o por favores recibidos? A nivel interno, los acérrimos defensores de Correa deben ser investigados para que expliquen sus fortunas e, igualmente, deben ser investigados el abogado Ochoa y su hijo que han recibido bienes inmuebles y pagos millonarios por sus actuaciones judiciales.

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