Aplican una nueva estrategia para proteger al pinzón del manglar en Galápagos y permitir su reproducción en su hábitat

OBJETIVO. La parte azul del nido indica dónde se ha puesto permetrina. (Foto: Francesca Cunninghame).
OBJETIVO. La parte azul del nido indica dónde se ha puesto permetrina. (Foto: Francesca Cunninghame).

Hay planes distintos para reducir la intervención humana y para que los pinzones de manglar incuben y críen a sus propios polluelos.

El pinzón de manglar que habita en la isla Isabela (Galápagos) es una especie en peligro crítico, porque es amenazada por la mosca invasora parásita Philornis downsi, que devora a los huevos y los pichones.

Durante los últimos cuatro años se ha logrado incrementar su población en por lo menos el 50%, debido a que un grupo de científicos de la Estación Científica Charles Darwin recopilaron huevos de los nidos, los incubaron en cautiverio, alimentaron a los pichones y luego liberaron a su hábitat natural a 39 polluelos.

Hay planes distintos para reducir la intervención humana y para que los pinzones de manglar incuben y críen a sus propios polluelos, señala Francesca Cunninghame, que desde 2009 dirige el Proyecto Pinzón de Manglar.

Los científicos están inyectando permetrina (insecticida a base de crisantemo) en la base de los nidos de pinzón para matar a las larvas de la mosca parásita y reducir la mortalidad de los pichones. Este componente ya se usó con los nidos del pinzón cantor gris de Darwin en la isla Santa Cruz, señala el artículo escrito por Cunninghame en www.darwinfoundation.org (CM)