Y llegó el día…

Ugo Stornaiolo

La jueza de garantías penales, Daniella Camacho, negó la revisión de medidas cautelares a la defensa del expresidente Rafael C., imponiéndole prisión preventiva y difusión roja internacional en Interpol. El exmandatario debía presentarse el lunes 2 de julio ante el juez por su implicación en el secuestro a un legislador de oposición, pero incumplió la medida cautelar, según el art. 536 del Código Penal.

De la orden judicial de presentarse cada 15 días ante un juez en Quito, a la posibilidad de ser aprehendido en cualquier lugar. Rafael C. empieza a pasar a la historia como el líder de una organización delictiva que operó desde los más altos niveles de gobierno en la década perdida.

Su postura no cambia. En un tuit señalaba: “Buscarán humillarnos y hacernos pasar un mal rato, pero una monstruosidad así jamás prosperará en un estado de derecho como Bélgica”. Difícil que en Europa le crean que, al ser requerido por la justicia como autor intelectual del secuestro de un opositor, sea perseguido político. Sin embargo, Rafael C. insiste en el asilo.

Un belga residente en el país cuenta que “el solicitante debe ofrecer pruebas convincentes de que, si regresa a su país, no solo va a ser perseguido por sus opiniones políticas sino que teme por su integridad. ¿Cómo prueba que las decisiones de los jueces de los tribunales que él nombró, implican no solo persecución política sino también peligro a su integridad?”.

El candidato a asilado lo pide a la primera autoridad al llegar. No ocurrió, pues Rafael C. habría ingresado al espacio Schengen por Ámsterdam o Madrid (debe solicitarlo en Países Bajos o España). Otra complicación: está en Bélgica con visa de larga estancia. Si pide asilo político, se arriesga a que su solicitud sea rechazada y lo expulsen, generando un conflicto de normas, que Bélgica evitará.

Agrega este ciudadano “que para Rafael C. la cosa no es simple. Él está analizando la situación con sus abogados porque hay más de un cabo suelto”. El expresidente hará todo lo posible para evitar dar la cara y comparecer ante la justicia ecuatoriana. Caso contrario, la Cárcel 4 lo espera.

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