Te recuerdo, Víctor

Crecí escuchando sus maravillosas canciones, entre ellas: ‘Te recuerdo, Amanda’, ‘Duerme, duerme, negrito’, ‘A desalambrar’, ‘La canción del soldado’; era tan niña y no alcanzaba a comprender los horrores desencadenados por el poder político en esta pobre Suramérica. Aquí en el Ecuador, pasábamos de una a otra dictadura, pero no sabíamos de torturas y encarcelamientos masivos. Mientras intentábamos entender la angustia y el horizonte de las letras de las canciones de los Parra o de Víctor Jara; nuestros hermanos mayores, que ya iban a la universidad, nos contaban como lo detuvieron y encerraron en el estadio de Chile después del asalto al poder por parte del General Augusto Pinochet, que habría de derrocar al de Salvador Allende.

No se podía entender como un estadio se convertía en un campo de concentración, que albergara a una gran cantidad de prisioneros, los militares intervinieron en la Universidad Técnica del Estado y entre los retenidos estaba el cantautor, director y docente del plantel Víctor Jara, cuyo único delito había sido expresar su voz de protesta. El pecado criminal de Víctor Jara, no era otro que la inigualable combinación de música, poesía y valentía; esa voz, hizo que amemos a todos los hermanos chilenos que venían en esos años huyendo del régimen.

Nos contaron una y otra vez, como en la multitud prisionera, un suboficial reconoció a Víctor Jara y con toda la saña posible lo pateó, lo llevaron a los sótanos, lo torturaron, cortaron sus manos y su lengua y lo mataron con más de veinte balazos. Después de 45 años la justicia chilena ha condenado finalmente a nueve exmilitares por el asesinato del cantautor político más icónico del siglo XX.

Sí, nos llega de sorpresa en un contexto de crisis y de ansia, cuando no de desencanto, por la lentitud del proceso, tal vez el principio de oportunidad en la administración de justicia se demoró casi de medio siglo, pero que llegó el día,llegó. Qué no se repita esta historia en Ecuador, Venezuela o Nicaragua, que los criminales que ostentan y ostentaron el poder, paguen sus crímenes de inmediato.