El último adiós a periodistas asesinados

Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.
Luego de una emotiva misa, los féretros con los cuerpos de Efrain Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega salieron rumbo a su última morada.

Redacción QUITO

Luego de una emotiva misa en la Iglesia de La Dolorosa, en el centro norte de Quito, los féretros con los cuerpos de Efraín Segarra, Paul Rivas y Javier Ortega, miembros del equipo periodistico de Diario El Comercio, asesinado por un grupo disidente de las FARC, salieron rumbo a su última morada entre gritos y aplausos de familiares, amigos, colegas y ciudadanía en general.

Tres días luego de su retorno al Ecuador, y más de tres meses de su asesinato, los familiares renovaron su propósito de lucha y el recuerdo amoroso de sus seres queridos.

«De hoy, en adelante, nuestro mantra será: Memoria, verdad y justicia. Gracias a los ecuatorianos por su apoyo. Nunca olvidaremos a Javier, Efraín y Paúl», dijo Yadira Aguagallo.

En medio de una leve lluvia, ovaciones, gritos de agradecimiento, lágrimas y abrazos, los féretros fueron colocados en los vehículos que los trasladarán, para la despedida definitiva, juntos a sus seres más queridos y cercanos, en un camposanto del norte de Quito. (JS)