El caso Galíndez

Andrés Pachano

A propósito de secuestros, esta historia:

Un editorial del diario el Tiempo de Bogotá de Obdulio Gaviria, que un amigo me hiciera llegar, hizo que recuerde la tragedia de Jesús Galíndez, escritor, abogado, político y docente español, dirigente del Partido Nacionalista Vasco y duro contradictor de Franco; dicen también que suscribía como “Agente Rojas” sus informes a la CIA dando cuenta de las actividades de nazis y falangistas activos, desde “Ciudad Trujillo” y Estados Unidos.

Galíndez desapareció la noche del 12 de marzo de 1956; fue sacado de su departamento en Nueva York por gente de su confianza –se dice que agentes de la CIA-, drogado y embarcado en una avioneta hacia República Dominicana, tenía 41 años cuando se esfumó. Había sido reclamado por Rafael Leonidas Trujillo, sanguinario dictador Dominicano.

El Vasco Galíndez, cuando la derrota de la República Española, desde España llegó a Francia entre los despojos del ejército republicano, para luego asilarse en República Dominicana; coincidió su vida en esta isla con los años de la guerra mundial y los pavores de la dictadura del Chivo. Ahí había conocido las interioridades y truculentos intersticios del submundo trujillista. Salió de la isla en 1946 a los Estados Unidos, huyendo del caudillo cuando se habían estrechado las relaciones de este con Franco; coopera entonces con los servicios secretos norteamericanos. Un oportuno pretexto para su tragedia: La Universidad de Columbia aprobó su tesis doctoral en filosofía, titulada “La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana”, denuncia del régimen dominicano y, de suponer también, de la permisividad norteamericana con estas dictaduras. Se convirtió en botín.

“Jesús Galíndez fue sacrificado en el altar mayor de la guerra fría cuando el peligro comunista sustituyó como fantasma al derrotado nazismo y el gobierno norteamericano pactó con el régimen de Franco en un elocuente ejercicio de la máxima: el enemigo de mi enemigo es mi amigo” (Carlos Piera Ansuáteguí, La trágica historia de Galíndez): Trujillo entonces fue oportuna marioneta para la ejecución de Galíndez.

Es que los secuestros y desapariciones son cosas de tiranos.