A favor de la vida

POR: Luis Fernando Revelo

Se cuenta que hace muchos años, con motivo del nefasto proyecto que propendía a la legalización del aborto en Francia, se sondeó el criterio de algunos científicos especializados en la materia. Entre ellos a Jacques Monod, quien compartió el premio Nobel de medicina allá por el año 1965.

En una rueda de prensa a Monod se le formuló la pregunta: – “¿Aconsejaría usted el aborto ante el caso de una mujer tuberculosa, casada con un sifilítico y alcohólico, con importantes taras en los hijos tenidos anteriormente: el mayor, ciego; el segundo, con defectos en la piernas; el tercero, con propensión a la tuberculosis y el cuarto, con retraso mental? ¿Piensa usted que el quinto hijo, en gestación, no debería nacer? ¿Debería provocarse un aborto?”.

La respuesta del Dr. Monod fue rotunda: -“Por supuesto que sí”. –“Un minuto de silencio, señores, pidió el periodista al público, el profesor Monod acaba de impedir que nazca Ludwig Van Beethoven, el excelso compositor alemán”.

Matar a una persona indefensa en el vientre materno parece ser lo más normal en algunos países. El famoso Dr. Bernard Nathanson, ex-médico abortista, enfatizó: -“Yo pienso que cuando se permite el aborto, se permite un acto de violencia mortal, un acto deliberado de destrucción y por tanto un crimen… Como científico, no es que crea, es que sé que la vida empieza en el momento de la concepción y debe ser inviolable. Pese a que no profeso ninguna religión, pienso que existe una Divinidad que nos ordena poner fin a este triste y vergonzoso crimen”.

Las victorias ante la laxitud de costumbres las conseguiremos cuando luchemos abiertamente por el derecho a la vida. Ya lo dijo Salomón: “Hay caminos que pueden parecer rectos para los hombres; pero, a fin de cuentas, sólo conducen a la muerte”.