LA NUEVA RESIDENCIA

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE

Al parecer se prepara el aposento en la nueva residencia en la prisión de la capital de la república para recibir al que se fue dejando lágrimas en adeptos, admiradoras, seguidores, cómplices, compadres, panas en el lleve y cambio de vida con el enriquecimiento ilícito; muchos y muchas a lo mejor piensan que pronunciándose a favor de lo indefendible no les llegará también su turno, pelean tanto por lo que pudo ser y no fue, que a lo mejor temerán por lo que les tocó como tajada para enriquecerse de la noche a la mañana causando destrozos psicológicos en muchos y muchas ecuatorianas que hoy lamentan lo vivido. En sí todo el país analiza la situación que vivimos, soportamos y ansiamos el cambio por buenos y mejores días.

Sí, claro que se unieron y votaron los asambleístas, pero les salió a algunos “el tiro por la culata” porque la mayoría se acogió inteligentemente a lo dispuesto en la ley. De tal manera que, el veredicto lo toma el juzgado de Quito, cuya autoridad estaba cierta en el camino correcto a seguir para tomar las medidas legales a aplicarse al ex presidente de los ecuatorianos. “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”, reza el refrán y debemos recordar tanto usufructo al erario nacional, tanta saña y alevosía a empleados públicos, tantas coimas-amarres y desbarajustes por componendas y repartos, tanta figuración con los mismos obedientes que alzaban la mano y gritaban por no ser destituidos o ir presos, tanto maltrato a maestros, estudiantes universitarios, fondos de los jubilados y aportantes activos al IESS, a dineros de la UNE, atropellos a los médicos, militares, policías, a los gobiernos seccionales por no ser de su clan gobiernista, tantos gritos desaforados y órdenes avasalladoras, tantas pérdidas de vidas humanas, erigir una estatua de quien nada ha hecho por Ecuador y que causó junto a su esposa revuelos en Argentina, tantos señalamientos a los periodistas con conocimiento investigativo claro y profundo sobre desmanes perpetrados, tantos contratos mal habidos para el lleve y trae mi parte, tanto ofrecimiento, codicia y cizaña para muchos, tanto afán de perseguir y destruir la dignidad humana, tanto que habló sobre el embellecimiento de su tierra Guayaquil -lo que iba a hacer- y se constituye en orgullo para su pueblo y la puerta de entrada para el capital económico nacional; tanto miedo que les infringió a los incautos y tanta droga que circula todos los días y el narco cargamento que se encuentra enterrado en distintos destinos del Ecuador para fugar por alta mar, tanta carestía en el país y por fin sale a la luz lo que merecemos saber y aplaudir a los valientes por sacar la cara por lo nuestro.

Esta es la verdad y falta por descubrir más porque la fiesta se acaba y las secuelas quedan. La celda de la prisión está lista esperando sin guardaespaldas a quien será procesado por el delito ruín perpetrado en la historia de nuestro país en los últimos años; no me olvido de los indígenas que fueron vejados, señalados, maltratados, enjuiciados por el hecho de reclamar su medio de vida. Los compañeros de prisión pronto se encontrarán con nuevos huéspedes que luzcan el uniforme que no exige el privilegio para nadie. Lo mal llevado y actuado debe ser sancionado y en lo económico devuelto hasta el último centavo.