Sandalia Mitimae

MIGUEL ANGEL RENGIFO ROBAYO

Lo que en la actualidad constituye Cotopaxi fue poblado, desde tiempos inmemoriables, conforme datos de varios estudiosos de la historia que vinieron de los distintos puntos cardinales, es imposible precisar cuáles los más antiguos pobladores de estos lares, inclusive trayendo en auxilio a la arqueología y las disciplinas para precisar territorios, hay menos de un paso para la conjetura errónea, para la suposición antojadiza, la prehistoria guarda secretos que nunca serán devevelados.

El Latacungueño José Rumazo Gonzále, en su célebre editora “Bolívar” que formó con su hermano Alfonso, publicó en 1993 “El Ecuador en la America Preispánica”, libro que mereció el premio de la Academia Nacional de Historia, Quito. En esta producción, verdaderamente valiosa, se sigue muy de cerca las informaciones de Gonzales Suárez. En la sección de “los panzaleos o tacungas” leemos: “Al tratarse de la provincia de León, desgraciadamente contamos con escasos documentos arqueológicos: esta es una zona del cañon interandido menos estudiada. Lo que sabemos del pueblo que habita el Valle comprendido entre Tiopullo y Sanancajas es muy poco, y lo debemos a las relaciones acidentales de los cronistas, y a los pocos tóponomos que han sido estudiados.

Fuera de la experticia o curiosidad la misma observación que se hace para los Quitus, cabe hacerla para los Panzaleos del norte; estaban en un territorio neutro; no puderon legar nunca al grado de progreso de los Purujá más cercanos a la costa por el Chimbo, ni al de los Imbaburas del Guallabamba.

Los Panzaleos fueron pronto absorbidos por los Incas: mientras Huaina Cápac guerreaba en el norte para someter a los Caranquis; ellos veían sus tierras continuamente cruzadas por las tropas del cuzco; a los Hambatos y Tacungas les obligaron, como a los demás indígenas, a aprender la lengua quichua, y así, cuando aparecieron los españoles se hablaba poco el dialecto paniquita de los panzaleo”.

En la intimidad de la constitución de nuestra ciudad se aprecia con denodado interés sobre documentos o registros que legitiman tales afirmaciones, donde aún el referido término de Mitimae prevalece.