Foro de libertades

En Oslo convergen cualidades que le hacen ciudad única, fascinante, humana, en conjunción de éxito económico, bienestar, seguridad, cultura y defensa de la naturaleza; por esto último se le declaró Capital Verde de Europa 2019 y no únicamente por sus bosques circundantes, frescos, bien cuidados.

En el Consistorio, solemne edificio de ladrillo rojo, cada diciembre se entrega el Premio Nobel de la Paz, en el Día de los Derechos Humanos, lo cual revela su identidad para los principios y valores que sustentan el progreso y la civilización.

No es de extrañarse, por tanto, que en la capital de Noruega se haya realizado el Foro por las Libertades, con la participación de representantes de todo el planeta. Por Ecuador ha concurrido Bonil, caricaturista ingenioso, acosado en el correato.

El ejercicio de las libertades, sustancial para la marcha de los pueblos, responde a resultados alcanzados en siglos de lucha contra el obscurantismo que encarnan la autocracia y la injusticia. Entre estos derechos sobresalen los de pensamiento, opinión y prensa que son sistemáticamente conculcados por los regímenes totalitarios.

En dicho foro y en tratándose de América Latina y el Caribe, se ha hecho referencia a lo que acontece en Cuba, Nicaragua y Venezuela donde estos derechos sufren conocido menoscabo. Recuerdo que cuando Butros Ghali fue secretario general de la ONU aseveró que solamente en democracia pueden conjugarse los derechos individuales con los colectivos y armonizarse los derechos de los estados con los de la comunidad internacional.

No hay que olvidar que los jerarcas del absolutismo pretenden, por todos los medios y como primer objetivo, acallar a la prensa libre que, para ser tal, jamás debe tener ningún tipo de mordaza.

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