Hospital Monte Sinaí

Pablo Izquierdo Pinos

Que la construcción de un hospital pase de 75 a 138 millones y de 400 a 494 camas y demoren más de 1.500 días en medio terminarlo. Que no haya vías de acceso, agua potable, alcantarillado. Que los terrenos sean reclamados legalmente por varios dueños y que la suscripción del contrato estipule un plazo de entrega de 450 días improrrogables, delatan la “indecencia” en la edificación del hospital Monte Sinaí de Guayaquil, en palabras del presidente Moreno. Es una de las 640 obras con sobreprecio.

Hospitales emblemáticos que durante años se mantuvieron bajo declaratoria de emergencia, pretexto para que las contrataciones se hayan realizado bajo régimen especial con compañías como la China CAMC. La Norma de Control Interno de Contraloría sobre inversiones en el sector público, que dice que las obras deben construirse de acuerdo con los diseños originales y los materiales entregados a las constructoras en su etapa contractual: puro papel.

El diseño final de un hospital no es al azar, se basa en un Plan Médico Funcional, herramienta para decidir qué tipo de hospital necesitamos. Luego de un análisis estadístico sobre varios indicadores y variables. En el ‘Monte Sinaí’ los diseños fueron cambiados cada vez que los funcionarios visitaban la obra: Presidencia, ministerios, Servicio de Contratación de Obras, asesores. Resultado: 52.794 metros cuadrados de “colusión” entre fiscalizadores y contratistas.

En noviembre de 2017 el presidente de Uruguay –médico oncólogo-, en la inauguración del XVI Congreso Internacional Hospital del futuro, dijo: “Comprender que el número de camas no es un elemento importante es parte fundamental de esta nueva visión. El Hospital del Futuro no se mide por metros cuadrados; se deberán proporcionar servicios en diversas ubicaciones, con equipos multidisciplinarios y orientados a procesos. Ejemplos de esto son la telemedicina y la digitalización, que favorecen una rápida resolución”

¿Cuántos centros de Atención Primaria pudimos construir? ¿A cuántos médicos generales, familiares, pediatras, ginecólogos, radiólogos, anestesiólogos, cardiólogos, oncólogos pudimos formar y contratar? ¿A cuántos ecuatorianos pudimos salvar? ¿Cuánto cuesta mantener esos monstruos?

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