Peculado

ORLANDO AMORES TERÁN

Un criminal de lesa humanidad, no es un político, es un psicópata asesino; si le privan de su libertad, no es preso político, es un vulgar delincuente, de alta peligrosidad, pero un criminal común, y de ése modo debe ser tratado. Los nazis, fueron conscientes de sus perversidades, por ello tanto Hitler, como su peón publicista, Goebbels, tuvieron la valentía y acierto de suicidarse, para evitar el escarnio.

Los delincuentes nazi-criollos, deberían seguir ese ejemplo. De acuerdo con la investigación de Fiscalía, por la utilización de fondos y servidores públicos, para secuestrar en Colombia a un ecuatoriano opositor, resulta inmoral que el Estado le otorgue seguridad a un sujeto que: primero, no está en el servicio público; segundo, emitió el mismo, para su exclusivo beneficio, de modo discriminatorio y deshonesto, un decreto disponiendo se destinen recursos públicos y personal de FF.AA, para su cuidado, cuando ya no sea servidor estatal; y tercero, es inaceptable distraer los recursos públicos en gastos particulares que benefician al sujeto que destruyó el país, las instituciones republicanas, despilfarró recursos, deterioró la economía de las próximas cinco generaciones y propició terrorismo estatal, instaurando el castro-narco-comunismo, comparable a una peste que azotó a Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Ecuador. El mandatario actual, debe derogar el Decreto 1369 que otorga seguridad a quien puso en riesgo de desaparición, la República del Ecuador, puesto que es un acto moralmente despreciable, éticamente corrupto y constitucionalmente discriminatorio, con relación a otros mandatarios. En otro orden, no existe extralimitación en las actuaciones del Cpccst, el pueblo pidió destituciones inmediatas, no evaluaciones. Está actuando con exagerada delicadeza y prudencia excesiva. Ya deberían estar fuera, los miembros del Consejo de la Judicatura, del CNE, de las Cortes. Para quienes son adeptos al autoritarismo. Debo decirles que un mandato popular, es el ejercicio directo de la democracia. Por tanto, está sobre la Constitución y las leyes subordinadas; porque procede de la manifestación primigenia del pueblo, en quien radica la soberanía.

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