Gracias Glenda Morejón

Fausto Jaramillo Y.

En los últimos tiempos, más, muchísimo más, han sido las malas noticias las que han ocupado el imaginario popular del Ecuador: terremotos, desastres naturales, inseguridad, endeudamiento público agresivo y poco transparente, corrupción generalizada, problemas en la frontera norte, caída del precio del petróleo, falta de ética en el comportamiento político de los líderes de movimientos y partidos políticos, ofensas al adversario que no piensa igual, metida de mano a la justicia para favorecer a los miembros de determinadas agrupaciones políticas, sin contar con las secuelas de inconsultas decisiones en el campo educativo y en el de salud, eliminaciones de la selección nacional de fútbol que, desde hace años, no logra clasificarse a un campeonato mundial, desidia popular en la participación política, trastocación de los valores tanto en lo individual como en lo colectivo, incremento de los índices de delincuencia, en los de consumo de drogas, etc.,etc., que los pocos logros personales y sociales que han aparecido en los medios de comunicación del país de ciudadanos ecuatoriano merecen el respeto y el agradecimiento de todo el país.

El triunfo de Glenda Morejón en el campeonato mundial de marcha, realizado en China, es tan importante como el que un momento nos brindó Jefferson Pérez, porque llega cuando el país está deprimido, enfermo de miedo y desconfianza. La atleta imbabureña, con su triunfo, nos grita a todos los ecuatorianos que debemos confiar en nuestras capacidades, que no se trata de elevar el tono de las quejas, si no del esfuerzo que pongamos cada día en el trabajo para conseguir los objetivos; que es necesario fijarnos una metas realizables y cada día exigirnos más y más hasta lograrlas.

A su regreso, sus palabras siguen siendo las mismas que cuando se marchó, cargadas de humildad y sinceridad destaca que está feliz por haber brindado a las gentes de su país la alegría del triunfo, no pide más ni otra cosa que le dejen seguir con su ilusión de ganar en las próximas olimpíadas. Va paso a paso, sin apuros, pero con constancia y decisión: primero fue ganar en su categoría y ser la mejor del mundo, ahora es la segunda entre las mejores de todas las categorías y ya apunta a ser la primera.

Gracias Glenda Morejón por ese ejemplo. Ahora me pregunto: ¿seremos, los ecuatorianos, capaces de seguirlo?