Peligro

Orlando Amores Terán

Si quienes tenían mando, no hubiesen: «por respeto al poder político», permitido que el «señor presidente» haga lo que le venga en gana, convirtiendo en burla, el juramento de defender la Patria, no habría Carta Montecristi. Porque sí hubieron voces, desde las columnas de opinión, que alertaron a dónde se encaminaba ésa «constituyente del 2008». Prefirieron el acomodo, la sumisión, el dejar hacer y hoy vivimos el mayor deterioro moral, ético, económico, institucional de la historia del Ecuador.

Vivimos en un narco-Estado. Eso hay que desarmar, para restaurar el orden, la seguridad jurídica, el Estado de derecho. No podemos volver a cometer el mismo error. Por ello el narco-terrorismo desde 1998, juega a la «democracia», para exigir «respeto», en la seguridad de que habrán quienes sumisamente se sometan a sus reglas; mientras ellos -los narco-terroristas-, en el poder, asumen como política de Estado, el irrespeto a las instituciones, que las manejan como hacienda personal.

Hay que cambiarles el esquema. Debemos exigir se desestructure el andamio del narco-Estado vigente, provocador de fraude electoral, abuso de bienes públicos, corrupción generalizada, inseguridad, injusticia, impunidad, discapacidad de la fuerza pública, sometimiento a leyes diseñadas por delincuentes para favorecer el delito y proteger a los criminales.

¡Ya basta! Estamos en guerra asimétrica, dispersa, continua, con bandas narco-terroristas, guerrilla urbana, organizaciones criminales vinculadas a la política narco-comunista y delincuencia común.
¡Reaccionen! Comandantes de Fuerza, al país lo están destruyendo enemigos internos, extranjeros y connacionales antipatria.

Exijan que se autorice el porte de armas, no pueden proteger a 17 millones de ecuatorianos. El narco-Estado, desangra la Nación. La Patria está herida de muerte. Es de alta traición, no eliminar la estructura constitucional narco-comunista.

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