Para ganar la guerra

POR: Fausto Jaramillo Y.

Hace unas semanas decía que la guerra sicológica a la los ecuatorianos llegamos sin ser invitados, tenía como objetivos primeros los de regar el miedo en el sistema circulatorio de la sociedad y, luego, el de introducir la desconfianza en las personas e instituciones de dicho conglomerado.

El primer objetivo ya se ha cumplido y el narcotráfico, a partir de este momento, lo que hará es sostener y profundizar esta sicosis en el imaginario social.

El segundo objetivo ya está presente: ahora desconfiamos de todo personaje, de toda autoridad, de las instituciones, de la prensa, de los negocios, de los médicos, de los contratos, de todos y de todo.

Y todo ello, cuando esta guerra recién empieza.

Otra arma que ya aparece en el horizonte es el rumor. Echar a rodar bolas sobre la violencia, sobre el peligro, sobre la vida y la honra de las gentes.

Las amenazas de bombas inoculan miedo, pero también desconfianza y finalmente sobre la capacidad de reacción de los hombres y mujeres y de las entidades encargadas de su control. Estamos conscientes de que los ecuatorianos, por haber vivido permanentemente en un estado de paz, no sabemos reaccionar ante el peligro. Una amenaza de bomba, al tiempo que provoca miedo y hasta pánico, también nos muestra nuestra incapacidad de reacción: ¿qué debo hacer como persona, como individuo; pero tampoco saber qué hacer para proteger a mi familia, a mi trabajo, a mis amigos, a la sociedad?

En estos días el rumor también se ha presentado con un nuevo ropaje: ahora se anuncia la destitución de tal o cual funcionario, se grita que tal o cual personaje ha cometido tal o cual delito, incluso se llega a anunciar la muerte de tal periodista, de tal autoridad. El rumor usado como arma de esta guerra sicológica.

Ante tal escenario es imprescindible actuar con mesura y con inteligencia; no reaccionar ante el primer anuncio, sino esperar a conocer la versión oficial, someterse a las directrices de los encargados de manejar estas situaciones, llámese Policía, Ejército, Bomberos, etc. Contrastar la información antes de continuar difundiendo.

No hay nada mejor que la verdad para ganar esta guerra. La serenidad y la razón son los instrumentos de la verdad y con ellos debemos combatir en esta despiadada guerra en la que nos encontramos.