Gobernar en 4 pasos

El pez muere por la cabeza y cae por su boca. Gobernar no es asunto de improvisar o complicarse con malabares sorpresa sino cumplir con el bienestar del pueblo. Esa modorra de reciclar ministros para volverlos embajadores empuja a la élite a un abismo peligroso, pues cada error retorna como bumerán cargado de explosivos.

El entorno presidencial viene sobrecargado de vicios crónicos: despilfarro, corrupción, narcotráfico, impunidad, propaganda y demagogia. ¿Cómo pulverizar el correísmo con un líder creíble, fiable, pero indeciso? ¿Con un desconocedor de áreas críticas que improvisa con inercia rodeado de mediocridad y nadie lo reflexiona?

El Consejo de Participación Transitorio con valentía y respaldo popular es una tabla de rescate con límite de tiempo. Fiscal y Defensor del Pueblo están afuera, pero faltan depurar jueces, fiscales y corregir leyes que cuelgan de un Consejo de la Judicatura ovino, armado durante el apogeo del caudillismo tiránico.

La insatisfacción se represa porque parece una profanación exterminar correístas mediocres o que sacaron tajada y prebendas. No cabe reciclar la estulticia de la década asaltada, un color y fotografía de esa triste hermandad. La tal ‘revolución ciudadana’ está muerta y a los zombis hay que quemarlos.

En economía, medidas confusas del tira y afloja hay que resetearlas. No más deuda externa irresponsable, desempleo y delincuencia. No más populismo fiscal para apretar el cuello de un país quebrado. No callar ante un narco estado levantado sobre la idiosincrasia del soborno y las lavanderías de dinero.

En lo social, la algarabía de campañas imposibles hay que suspender. Casas gratis y ‘toda una vida’ en la tarima ya no funcionan. Así como universidades arrinconadas y entidades que sacaron intelectuales críticos y dejaron apadrinados de medio pelo.

En seguridad, el narcoterrorismo tiene rostro: crímenes impunes, secuestrados y atentados. Un fenómeno integral engendrado fronteras adentro en la última década. La droga implica producción, lavado, circulación y consumo; y, sin ser catastrofista, hasta un guardia del presidente consta en la lista de narcos.

@klebermantillac