Total recambio municipal

Son muchos los que denuncian la pésima gestión municipal del distrito capitalino. Es más, hasta podríamos hablar de una ciudad que pasó de ser la ‘Carita de Dios’ a la buena de Dios; la capital parece abandonada a su suerte y muchos somos los decepcionados que nos esperábamos más eficiencia.

Habíamos repuesto nuestras esperanzas en las elecciones y a un cambio de alcalde, pero los problemas se han agravado y tal vez vamos a necesitar medidas emergentes. En estos días surgió la noticia de que algunos funcionarios de alto perfil, y por lo menos dos concejales del Municipio de Quito, han sido detenidos e investigados por casos de corrupción.

El alcalde Mauricio Rodas ha sido llamado a rendir su versión y, aunque esto sea un acto justificado que no debería conllevar a suspicacias, también significa que las investigaciones siguen con fuerza y que hay elementos tan graves como corrupción, sobreprecios y asociación ilícita, los cuales podrían conllevar más sorpresas.

Esperemos que ningún actor político se meta a defender o a presionar a la justicia para que todo se resuelva con la impunidad de siempre. Según lo que nos cuentan, el Gobierno está comprometido en la lucha contra la corrupción y este debe ser, por fin, un ejemplo. Lo que da más pena es que la ciudad de Quito sale derrotada y ultrajada por los malos funcionarios y se debe reaccionar. El CNE autorizó una recolección de firmas para retirarle el mandato al actual burgomaestre, pero sin embargo, el recambio debe ser total.

Tal vez lo más preciso sería esperar a las elecciones del 2019 pero si el Alcalde fuese involucrado en el escándalo y el caso tuviese otras (y más dramáticas) evoluciones, las que nadie puede descartar, deberíamos considerar inclusive elecciones adelantadas, pues la ciudad no puede pagar por la pillería de pocos funcionarios.

Las autoridades del Estado deben desde ya prepararse al peor escenario y alistarse para informar a la ciudadanía sobre los planes de contingencia que van a adoptar, pues esta administración se nos puede caer de un rato para el otro y no hay espacio para improvisar.

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