POR: PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA
Lo que ha ocurrido históricamente en nuestro país, acentuado en esta última década con enfrentamientos y broncas generalizadas, corrupción en todo lado, autoridades de elección popular presos, múltiples informes de Contraloría General del Estado con indicios de responsabilidad penal, cuestionamientos severos a funcionarios de alta jerarquía como el Fiscal General, destituciones, etc., determinan un ambiente negativo, triste, desolador, falto de esperanza y que además genera recelo en la población respecto a su participación política.
Es obvio que ante una situación de esta magnitud, gente decente, honesta, con principios y valores, piensa una y mil veces propuestas de candidaturas y formar parte de un proceso electoral, con afiliación o no a partidos o movimientos, porque en verdad no es sencillo ese tipo de participaciones y peor cuando se va perdiendo la esperanza de mejores días para todos. Claro está que la gran mayoría de ecuatorianos somos personas trabajadoras y honradas, que lo único que anhelamos es el desarrollo integral del Ecuador y buenas condiciones de vida.
En lo local, no estamos desconectados de estas realidades y problemas, también se escucha de todo, las autoridades no están liberadas de cuestionamientos ni tampoco aquellos que no hace mucho ejercieron alguna función pública. Lo importante es que a futuro escojamos a ciudadanos ajenos por completo a temas vinculados con la corrupción, pero también con la suficiente preparación, conocimiento y capacidad; es hora de decir basta a la mediocridad, a la chabacanería, al engaño, la farsa, al disfrute de pocos y la afectación de muchos. Preocupémonos en participar, opinar y actuar a tiempo. Lo de “Que haga obra aunque robe” es parte del pésimo pensamiento y expresión de degradación social.