El oficio de leer y escribir

POR: Luis Fernando Revelo

Se cuenta que en Michigan (EE.UU.), en la famosa peluquería Fuller Cut, se ofrece un inspirador trato a los jóvenes clientes: un descuento de 2 dólares si leen en alta voz mientras les cortan el cabello. En primera instancia lo llamativo para los padres de familia era el descuento, pero menuda sorpresa se llevaron cuando vieron a sus hijos disfrutando de la lectura del libro y leyendo en voz alta. Y más aún, los peluqueros no se limitan a escuchar mientras cortan el pelo. Prestan atención a la lectura de los pequeños, apuntan en qué página se quedaron antes marcharse de nuevo a casa y en la próxima visita les toca empezar por donde lo dejaron.

Toda iniciativa es bienvenida cuando se trata de dar vida al libro y a la lectura. “Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído”, decía con enorme acuidad el gran Jorge Luis Borges. “Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos”, comenta Mario Vargas Llosa. “El autor solo escribe la mitad del libro. De la otra mitad debe ocuparse el lector”, señalaba Joseph Conrad.

La Casa de la Cultura de Imbabura sigue dando vida a su política editorial. La semana pasada tuvimos la grata satisfacción de presentar el opúsculo “Investigación”, de la autoría del Dr. Germánico Guevara Cueva, que aporta valiosas ideas para orientar, ordenar, aprehender y trabajar en forma autónoma. Un mensaje al corazón caldeado con el sagrado “fuego del amor” nos presentó la Dra. Carmen Gallegos en su poemario “Flores del atardecer”.

Adicionalmente, la obra intitulada “Educación maltratada y ultrajada”, cuyo autor es el prestigiado maestro de vocación sanpableño, Cristóbal Flores Cisneros. Desde su vasta experiencia buida de talento y erudición, enfoca este acuciante problema.