El futuro del agro archivado

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Hay tantas asociaciones, federaciones, agrupaciones montubias, indígenas y campesinas de toda clase y de complicadas siglas, que es difícil acordarse de todas ellas. Todas, supuestamente, buscan el bienestar y el respeto a la dignidad de sus agremiados, pero se chocan contra la demagogia de todo gobierno, por lo que cuando leo sobre sus reuniones con altas autoridades, el escepticismo me invade.

Para el poder, la industria y agroindustria volcada a la exportación es lo único que cuenta. Sus cifras reflejan la actividad económica del país y punto. Lo que ocurre en las cadenas productivas, esto es, las relaciones entre sus actores, solo cuenta para dorarle la píldora a sus vulnerables dirigentes y convencerlos que, ofreciéndoles migajas o algún bien remunerado cargo, les proporcionen el apoyo electoral necesario y que nada cambie en la estructura de un país tercermundista productor de materias primas. Así de simple.

Tanta miopía y corrupción existe, que hasta archivaron el proyecto de desarrollo fronterizo, eje vital para que nuestras fronteras sean prósperas, bien educadas, productivas, con empresas inversionistas pujantes que gocen de ventajas tributarias y generadoras de empleos. Pero no. Son fuentes de contrabando, inseguridad, abandono, desempleo y miseria, ambientes que ahuyentan cualquier inversión de peso, cuyas consecuencias sociales ahora salen con más fuerza a flote.

¿Cuándo los gremios agropecuarios independientes de innumerables y complicadas siglas van a exigirle al gobierno respeto y acciones contundentes para cambiarle la suerte al campesinado? ¿Cuándo tendremos un gobierno que en verdad vierta sus ojos y recursos al campo? Es hora de sincerar la labor de las prefecturas y municipios al respecto.

Es hora de reconocer abiertamente que estos gobiernos autónomos descentralizados no son ni gobiernos, ni autónomos, ni descentralizados y que se requiere un trabajo conjunto de todas las funciones e instituciones para inaugurar la imprescindible honradez mental para crear las políticas de Estado necesarias para iniciar un verdadero desarrollo sostenido del agro en su conjunto.

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