Narco-Estado

ORLANDO AMORES TERÁN

El régimen, inmediatamente que asumió el poder en el 2007, eliminó la Base de Manta, argumentado «patriotismo», «soberanía»; en la práctica, permitió el paso por tierra, mar y aire, a las bandas narco-terroristas que financiaron su campaña; tanto este aserto es verdad, que el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, acusó al innombrable de haber sido financiado por las FARC. Entonces se entiende porqué el régimen siempre se negó a reconocer a las FARC como organización terrorista. Inclusive indultó a varios vinculados al tráfico de drogas.

Al desarmar el sistema de control implementado desde la Base de Manta, convirtió al país en un paraíso para el narcotráfico, puesto que se tardaron cinco años en instalar un nuevo sistema de control, con la adquisición de «radares chinos» inservibles, lo que deja al país nuevamente a merced del hampa narco terrorista. Hoy, las fronteras están abiertas a todo tipo de delincuentes. En los libros de historia se obliga a los jóvenes a reivindicar a los movimientos narco-terroristas, haciéndolos aparecer como luchadores por la libertad. Para ahondar en la penetración del narcotráfico, en la base de nuestra sociedad, el régimen estableció por ley, una tabla que permite el consumo y tenencia de drogas, lo cual se agrava con la imposibilidad de acceso a la universidad, de toda una generación de jóvenes que terminarán en las garras del tráfico de drogas.

En todos los países en donde se ha tomado el poder el comunismo, se ha destruido la sociedad, sus instituciones republicanas, su economía, para generalizar la miseria y sobre esa ruina, implementar un sistema esclavista. Cuándo vamos a entender que el comunismo es el sistema más perverso, más nefasto y criminal que el fascismo o el nacionalsocialismo. El comunismo asesinó a 70 millones de personas en China; eliminó a 20 millones de personas en la URSS; mató a un tercio de la población de Camboya; destruyó a la mitad de la población de Cuba. Mientras no asumamos esas verdades, se beneficiará desde el Estado, una camarilla de rateros, terroristas y narcos, destructores de su propio pueblo.

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