Autoayuda

La dramática situación que vivimos los ecuatorianos por los casos de corrupción nos ha puesto contra las cuerdas, exacerbando nuestro sufrimiento. Algunas personas han reaccionado con rabia, ira, indignación; con humor negro, indiferencia, otros. Muchos no saben cómo hacerlo. Lo evidente es que el pueblo ecuatoriano está ahíto de la corrupción y la impunidad. A mí me ayuda escribir. Es una especie de catarsis, pero ya no es suficiente. Mi escepticismo ante una solución que venga del Gobierno, me ha llevado a buscar libros de autoayuda, porque yo sólo ya no puedo seguir en esta lucha.

Al leer libros de autoayuda me pregunto si no es peor el remedio que la enfermedad. Lo que ocurre es que los libros de autoayuda, en la mayoría de los casos, sólo obedecen a la voluntad de poder de la persona, a la actividad de incrementar las ventas del autor. No siempre, pero tienen mucho de falacia y fraude, esto porque no se cuestionan el verdadero problema del ser humano. ¿Y cuál es nuestro verdadero problema?

Para entender cuál es nuestro verdadero problema y por qué han sido inútiles los esfuerzos por eliminarlo, debemos ver más allá de la superficie e ir a la verdadera raíz del problema. Aunque las causas son tan complejas como variadas, he encontrado en la Biblia el mejor libro de autoayuda, por lo que agradezco al autor de este magnífico tratado por su ayuda para poder identificar las razones de por qué no somos felices y por qué hay tanto sufrimiento en el mundo.

En dos pasajes bíblicos he encontrado respuestas. En Jeremías 10:23 dice que “… al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. Y en Proverbios 29:2 dice: “Cuando los justos gobiernan, el pueblo se alegra; pero cuando los perversos están en el poder el pueblo se queja”. Continuará…