La democracia

La democracia es una forma de organización que atribuye el poder al conjunto ciudadano. En sentido estricto es una forma de organización en el que las decisiones son adoptadas por el pueblo, mediante mecanismos de participación directa o indirecta, que confieren legitimidad a sus representantes.


Es un perfil de convivencia en la que los ciudadanos son libres e iguales. La democracia representativa es cuando las decisiones son adoptadas por personas representativas por el pueblo. La democracia participativa es cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse para ejercer una influencia directa en las decisiones públicas.


Finalmente la democracia directa es cuando las decisiones son adoptadas por los miembros del pueblo mediantes plebiscitos vinculantes facilitando la iniciativa de legislar. Estas tres formas no son excluyentes y se integran como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos. Es un invento maravilloso, por que desata un círculo virtuoso permitiendo a las personas que vean al gobierno como suyo. Desgraciadamente no hemos podido echar andar este invento en nuestro país.


Muchos de nuestros políticos y empresarios y sobre todo los empresarios metidos a la política han operado siempre con la mentalidad del conquistador a costa de la nación y su futuro. Para dejar ese pasado atrás, hace unos años echamos a andar la democracia. Lo hicimos esperanzados en que es un buen sistema pero, como muestran las encuestas, dudando todavía de su efectividad.


La democracia es un invento potencialmente prodigioso, pero también frágil, incierto. Al inducir el buen desempeño, una mayor estabilidad laboral y una capacitación más técnica, el servicio profesional promueve la cooperación entre los funcionarios de las distintas secretarías, de los distintos poderes y de las distintas instancias regionales de gobierno. También evita el vaciamiento de las arcas estatales que tienden a darse cada vez que hay un cambio de gobierno, cuando muchos funcionarios se van con los archivos y unos cuantos dólares bajo el brazo. Hay excepciones pero, por desgracia, la política sigue poblada de vivos que se aferran a esa mentalidad del conquistador, por no llamarlo de otra forma.


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