Piedras en el zapato

FAUSTO MERINO MANCHENO

Se dice así comúnmente, cuando hay dificultades para caminar porque algo obstaculiza el andar derecho y placentero. En el caso del presidente de la República, Lenín Moreno, tiene varias piedras, no en sus zapatos, porque él no puede deambular con normalidad, sino en su camino de gobierno sin sobresaltos ni tropiezos. Estas piedrecillas y algunos pedrones son: empezando por su Vicepresidenta, continuando con su Canciller, su Ministro de Finanzas, su asesor nicaragüense y varios otros excolaboradores del régimen de Correa, sobre los que pesan graves acusaciones de corrupción.

Las señoras Vicepresidenta y Cancilleresa (para estar a tono con la dicción de la revolución ciudadana y bolivariana) han manifestado públicamente su adhesión al llamado proceso revolucionario de Maduro, a su estilo de desgobierno y a las infamantes condiciones de hambre, enfermedad, desnutrición y desempleo en las que trata de sobrevivir el pueblo venezolano. Metedura de patas garrafal y actitud permisiva de Moreno, que parece no saber controlar los ímpetus hormonales de esas féminas.

Mientras el Presidente no se desembarace de estos lastres e innove una política económica que saque al país adelante por la senda del progreso y mientras sigan los ladrones de cuello blanco que ostentaron cargos de dirigentes del gobierno y manejaron inescrupulosamente el dinero público, sigan digo, incólumes, orondos, negando sus corruptelas y manifestando que todo lo que de ellos se asegura no es otra cosa que politiquería de los grupos de oposición, acá en el país no pasará nada y seguiremos manejándonos con el correísmo sin Correa, con todos sus vicios y carencias de virtudes.

Razón tiene el exPresidente en asegurar en un Twitt, que la mitad del gabinete actual de Moreno fue estrecha colaboradora de su propio gobierno. Ojalá me equivoque y cambie el panorama. A Moreno, con el triunfo de la consulta popular, se le ofrecieron las mejores herramientas para empezar a enderezar la errática política nacional, ejecutar un plan económico eficaz, corregir las múltiples inmoralidades del régimen anterior y garantizar una política internacional acorde con la democracia plena.

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