Mario José Cobo
Para los que estudiamos Relaciones Internacionales, el mundo es una inconstante incógnita de egoísmo, guerra y contradicciones que surgen de la masiva desinformación de la época dorada de nuestra civilización. Nunca hemos vivido tiempos más sofisticados, en donde el mundo ha tomado nuestra imagen y semejanza, en donde la esperanza de vida crece incontrolablemente y la tecnología/internet llevan la información del mundo a nuestras manos. Aun así, sorprende que vivimos tiempos impulsivos de implacable violencia, rechazo, xenofobia y discriminación; que poco a poco van marcando nuestras diferencias y pavimentando el camino para levantar muros y tirar templos. A esto lo llamo “Generaciones Encontradas”.
En tan solo dos décadas de siglo XXI, tenemos en el campo de batalla a más de 3 distintas generaciones, en donde Post-Colombina (la más reciente), Millennials, generación X e Y, disputen en el jugo del poder y de tronos, para ver quien controla mejor el meollo que un mundo desigual ha creado.
La tradición y el limitado acceso a un mundo de información y globalización de antiguas generaciones crea una ruptura entre el rápido y muy cambiante entorno en el que vivimos hoy. Nuestros líderes en todos los ámbitos de la experiencia humana pertenecen a una época muy diferente a la que vivimos, en donde las circunstancias que rigieron sus valores, sueños e ideales, han dejado de existir abruptamente y en donde son desbordados por preguntas y exigencias que las generaciones más recientes tienen. Es imposible pedir empatía si no se ha nacido en las manos de la globalización, es un tema de complejidad normativa que escapa de las manos de cualquiera.
La solución esta en dar voces y responsabilidades mucho mayores a la gente joven y comprometida, que esta dispuesta a unir esta brecha que separa nuestros tiempos de armoniosa prosperidad con el caos de la confusión que arrebata la estabilidad y cohesión de nuestras sociedades.