Poderes locales

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

Con los resultados de la consulta, en especial sobre la no reelección eterna, se terminan con caciques locales, esa especie de caudillos que con argumentos o sin ellos, con dádivas o promesas, con regalos y manifestaciones de “buena gente”, cautivan al electorado, generan empatía con la población y son favorecidos con el voto popular. Claro está que pese a que al final quien decide es el pueblo, no dejaba de preocupar la presencia permanente de esas mismas personas en el repetido cargo de elección popular.

Se dirá que el electorado castiga a quienes no hacen bien las cosas y que si reflexiona el voto en cada proceso electoral, que por ello se debió dejar en la decisión de la gente si quiere o no la permanencia de ciertos ciudadanos en los poderes políticos y administrativos. Sea cual fuere el criterio de cada uno, lo cierto es que para el mismo cargo solo hay posibilidad de una reelección y nada más. Lo que para mí es correcto y así me pronuncié cuando se planteó ese tema en la Asamblea Constituyente de 1998, en la que representé a Cotopaxi.

Ya se comienzan a mover las frutas, como dice el refrán popular. En nuestra ciudad y provincia se escuchan nombres de los posibles candidatos a las diferentes dignidades de elección popular, en especial alcaldías y prefectura. Algunos ya conocidos, medio quemados, cuestionados, que aspiran seguir o volver al poder seccional, seguramente bajo el argumento que desean sacrificarse por el pueblo y servir a la ciudadanía. Aparecen también nombres de personas nuevas, que podrían recuperar la confianza en la política y en el liderazgo colectivo que precisan nuestras jurisdicciones. Dejemos a un lado vanidades, egocentrismos, la gallada o los panas, construyamos algo de verdadero beneficio común, con conciencia, voluntad y honestidad.