¿Tenemos carreteras?

Por: EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La falta de planificación en las construcciones de infraestructura en diferentes áreas, está quedando, cada día que pasa, más al descubierto. Haber decretado el secretismo en la toma de decisiones en el área de salud o en lo financiero, es simplemente un atentado al mal uso de los fondos públicos y merece, por lo menos, la cárcel. Hoy, el Fiscal General impuesto por Correa, está simplemente cumpliendo su encargo. Las dos visitas del ex al país solo pudieron darse porque él sabe que la justicia y los órganos de control todavía le son sumisos.

En lo que al turismo se refiere, la afluencia de extranjeros que vienen a visitarnos no se ha incrementado sustancialmente, a pesar que Ivonne Bakky, en tiempos de Lucio, aseguró que la duplicaría luego de su organización del Miss Universo, para justificar el gasto. Mientras nuestro hermosísimo país no brinde las seguridades necesarias y se capacite de mejor manera a nuestra gente mejorando fitosanitariamente y estéticamente el entorno, deberemos optimizar el flujo del turismo nacional que mueve casi exclusivamente a la poderosa industria sin chimenea. No obstante, el feriado por Carnaval evidenció la fragilidad vial del sector.

Al estar cerrada la vía Calacalí-La Independencia, el flujo de la Alóag-Santo Domingo recibió la cuasi totalidad de turistas. El trayecto Quito a la capital Tsáchila llegó a durar hasta 9 horas, afectando al descanso que las familias ecuatorianas aspiraban a tener, evidenciando, una vez más, que lo de “tenemos carreteras” fue un sospechoso gasto sin planificación, digno de una investigación seria que cree precedentes. Las prefecturas de Pichincha y de Santo Domingo, debido a la mala distribución de competencias de Montecristi, no se ponen de acuerdo en la urgente ampliación de la más importante vía de comunicación del Ecuador. No echan ni una sola volquetada de lastre, se desconoce el cronograma de trabajo y, aun así, ¿siguen cobrando peaje?…

La ausencia de políticas de Estado en casi todos los sectores, genera que los vivarachos politiqueros que siempre, escudados bajo un membrete ideológico caduco, indispensable para adornar su imagen ante un ingenuo electorado, sigan pescando a río revuelto y haciéndoles el juego a los grupos de poder.

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