Nueva etapa

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Se abre, luego de la consulta popular, una nueva etapa para el país, o se debería abrir. Como se preveía, el Sí ganó de manera contundente, a pesar del “manotazo de ahogado” que intentó realizar quien nos llevó a un estado de situación al límite. El país, soberano por un día, votó con madurez. Hoy, la pelotita se encuentra entre las manos del presidente Lenín Moreno, quien estará en la obligación de efectuar varios cambios que el pueblo exige.

La Ministra de Justicia, muy suelta de huesos, declaró que ellos iban a enviar a la Asamblea Nacional un “nuevo” proyecto de ley referente a la plusvalía, contraviniendo la voluntad popular, invitando a la reactivación de la ira popular, pues, lo que decidió el pueblo es la eliminación de ese mamotreto de ley, que fuera aprobada para satisfacer el capricho del ex. El presidente Moreno tiene que exigir a sus ministros, coherencia en sus declaraciones o agradecerles por sus servicios.

La inefable Canciller, quien hizo quedar en ridículo internacionalmente al Ecuador en el caso Assange, intenta resarcirse ante los ojos de la ciudadanía con el dictamen de la Corte Internacional de Derechos Humanos, haciéndolo aparecer como un éxito suyo, algo que era obvio que sucediese, pues, carecía de fundamento legal. Y al ministro de la Torre, que será encausado políticamente, recordarle que el rumbo deberá modificado, debido a que el modelo correísta se agotó.

Es hora de abandonar la actitud timorata de gobernar, remozar su estado mayor y aceptar que las 400 recomendaciones que le hiciera el extinto Ccpyt deben implementarse, si en verdad se quiere ver una luz al final del túnel. Es hora de rodearse de gente proba y de, esta vez, de mentes lúcidas.

Es hora de que la lucha contra la corrupción sea una realidad, empezando por reemplazar al Fiscal General, quien permitió la fuga del autor intelectual de esta mafia organizada que nos ha transformado en un país incompetitivo, donde la impunidad y la corrupción a todo nivel han sido, más que nunca, las reglas en que se basó la gestión del régimen anterior, caso contrario el pueblo no tardará en salir a las calles a recordárselo y los vestigios del ex, temerosos por sus anteriores actos, no harán nada para impedirlo.

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