SI, sin vuelta atrás

Rocío Silva

La Consulta Nacional pasó, ganó el SI en todas las preguntas. El correísmo quemó sus últimos cartuchos, todos pudimos asistir a un harakiri folclórico, ante, durante y post proceso electoral. Vimos atónitos como en la etapa ante, con el mayor desparpajo, se trastocaron los papeles del poder, y con la cantaleta de barricada trasnochada, se mascullaba que un llamado al diálogo nacional no era posible, porque la oposición, los grupos sociales y los sectores productivos no aportan en nada al país, que se debe dialogar con los líderes que asisten a marchas en apoyo a la revolución.

El clímax alcanzó su pivote, durante la campaña, pudimos deleitarnos con la desgarradura de vestiduras y los gritos vociferantes de asambleístas correístas, clamando por la independencia de poderes del Consejo de Participación, en el cual por coincidencia pura, están sus parejas sentimentales; vimos el despliegue de sainetes tragicómicos con desafiliaciones masivas de cinco afiliados y el subsiguiente arrojo de camisetas verdeflex al tacho de basura. Mientras tanto un camión de transporte para ganado porcino, se empecinaba en cursar por poblados, sabía con certeza que no era bienvenido, y ahí estaba su necio protagonista recibiendo chiflidos, abucheos, golpes de huevos, tomates, basura.

En la etapa post elecciones, se desplegaron los más curiosos análisis y las más delirantes conclusiones a partir de los resultados obtenidos, los perdedores se autodenominaron como la mayor fuerza política del país, sin siquiera ser reconocidos por el CNE, como movimiento o partido; tan solo a partir de su criterio antojadizo de que Correa consiguió un 35% de votación, y vuelven solitos a caer en la presencia caudillista, insisten en que son fuerza política y veneran la solitaria presencia del exmandatario ajado y vencido. Pero lo más hilarante de esta etapa esta en dos situaciones: la primera que la asambleísta Buendía sostiene los resultados deben ser aprobados por la Asamblea y la segunda que la CIDH podría declarar inconstitucional la pregunta 3, por la denuncia hecha por los consejeros Pauker, Vera y Jarrín, este último esposo de la asambleísta Buendía; en fin SI, sin marcha atrás.