Modernidad líquida

Por: MIGUEL ÁNGEL RENGIFO ROBAYO

El agudo sentido del humor ha perdido su primigenio objetivo, satisfacer con la risa la realidad; estos días han sido conmovedores desde categorías del pensamiento que han ensordecido lo público, cosas desagradables como la desgracia, el desconsuelo a través de las plataformas de una “realidad virtual” pero también pública.

Lo explícito de esto conmueve por la fragilidad de lo público, me explico, ¿cómo puede uno sostener el pudor, lo íntimo, del ser humano cuando muestras y de-muestras la apariencia como una ficción? El reconocido escritor y filósofo italiano Umberto Eco causó gran revuelo en las redes sociales, luego de que criticara el uso de estas plataformas digitales asegurando que “le dan la palabra a una legión de idiotas”.

Tales dichos tuvieron gran impacto en diferentes medios informativos digitales, pero la reflexión de este termino lo refiero a otro pensador polaco-británico Zygmunt Bauman que aseguró que “Las redes sociales son una trampa”, la falta de cohesión, la inestabilidad, “Hoy la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro. No creemos que haya soluciones definitivas y no sólo eso: no nos gustan. Por ejemplo: la crisis que tienen muchos hombres al cumplir 40 años. Les paraliza el miedo de que las cosas ya no sean como antes. Y lo que más miedo les causa es tener una identidad aferrada a ellos. Un traje que no te puedes quitar”, explicaba Bauman.

De manera general la encrucijada sobre la realidad local a puesto en el tapete la delgada línea de lo público y lo privado, la Fiscalía ecuatoriana abrió un expediente por el delito contra el derecho a la intimidad personal y de la familia perpetrado en contra de Denisse ante la divulgación sin consentimiento de videos íntimos en las redes sociales; lo consciente es cómo el deterioro irreversible de la condición humana será abolida. Esa indolencia y carencia de sensibilidad que sobrepasa el morbo, el amarillismo parco, que vuelve indefendible otro tipo de violencia con esta dinámica de lo virtual, la violencia a nuestro derecho de intimidad, ¿será solo nombre eso de que son “redes sociales” lo privativo de la convivencia humana, una respuesta de ciencia ficción?