La lógica del recelo

Recelar es temer, desconfiar y sospechar. “Al vivo le basta un gesto”, dice la sabiduría popular. Hoy las acciones del Gobierno al más ingenuo le hacen pensar que, aparte de habilidades o debilidades políticas, hay una especie de ‘tomadura de pelo’ hasta llegar a la consulta popular, donde gane el SÍ, y entonces continuar con el proyecto de ‘la década ganada’ que mayores pérdidas, tristezas y vergüenzas ha causado al Ecuador.

Pitágoras decía que “el principio es la mitad de todo”. Conceder la nacionalidad ecuatoriana al señor Assange, mitad hacker mitad ‘sociolisto’, es un golpe tremendo a una política internacional seria y pragmática, además de una evidente dedicatoria, pues se han valido de trafasías correístas para hacerle a Assange nuestro compatriota, quien en cierta ocasión calificó a nuestro país de ‘insignificante’.

El desafiante gesto del presidente Moreno de enviar una terna correísta para la Vicepresidencia de la República demuestra que le importa un ardite la opinión pública, la opinión política y la realidad (años de corrupción y violación de derechos y libertades). No ha faltado algún ‘agudo’ comentarista que arguya que critiquemos todo, cuando lo que se debe es no ocultar nada.
El Ministro de Finanzas, con desfachatez revolucionaria, justifica que se hayan tomado 300 millones de dólares de la Ley Solidaria (destinados a atender los efectos del terremoto de abril del 2016), con el pretexto de que es una maniobra para mantener en acción ese dinero (o sea, que no era necesario para los afectados) y que además es temporal y finalmente “que el Fisco ya devolvió”. Hay mil estratagemas ingeniosas para burlarse de todos. Segundas partes nunca fueron buenas.

“La prioridad de la acción sobre el pensamiento es la base del credo”, afirmaba Goethe. Para el Gobierno es manejo normal darnos sorpresas diarias y decepcionantes que nos hacen sospechar que determinada ideología manda en su actuar. Sospechar es mejor que pontificar sobre la verdad o seguridad de algo. Hay que estar ‘focos’, como dicen en nuestra Costa.

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