Defensores de audiencias y lectores

La figura del ‘ombudsman’ o del defensor del lector es de un medio social y de una sociedad completamente transparentes y democráticos.

Labor muy importante la del defensor del lector, pues no es una policía interna para detectar fallos, malas prácticas y sancionar con un rigor punitivo a quienes obran de mala fe o a quienes no cumplen con su labor profesional a carta cabal. No, es un oficio pedagógico interno, de limpiar la maleza para que la huerta produzca sana y adecuadamente.

De origen nórdico, el defensor del lector es un mediador entre los usuarios de la información y los productores; internamente, es el nexo entre la redacción y la administración empresarial del medio, es decir, un doble fusible que permite comprender y armonizar los espacios y funciones de cada ámbito en un medio de comunicación.

Pero con el funcionamiento de la Ley de Comunicación, cuatro años después, ningún medio público, privado ni comunitario cuenta con un defensor de audiencias. Ya en 2014 la Cordicom emitió el reglamento para la elección y tres años después estamos igual y hasta peor que cuando no había Ley, en este tema, pues el único medio que tenía ombudsman cerró.

El gran modelo ejemplar del estado actual, que nos gobierna desde la llegada de la RC, tiene una deuda pendiente con nosotros, lectores y audiencias de medios públicos. Ninguna empresa mediática en manos de gobierno y del estado cuenta con una figura que defienda los intereses de nosotros, la ciudadanía.

Si el todopoderoso estado comunicacional en manos de los señores Alvarado no puso defensores de lectores y audiencias, entonces ¿por qué debían hacerlo los medios privados? Porque si lo hacían era una forma de decirle al poder que la ley se cumple para todos y que ellos daban el ejemplo de transparencia y participación democrática.

De esa manera la línea editorial de los medios en manos del gobierno no hubiera sido tan descarada y se hubiera limitado la acción persecutoria del señor Ochoa. Pero nadie quería esto, porque tener un mediador es bajar el tono de la disputa.

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