‘La cena’: un festín de la palabra

Oswaldo Paz y Miño J. •

“Sin palabra no habría historia y tampoco habría amor”, sentenció Julio Cortázar en una conferencia que dictó en Madrid, el 6 de marzo de 1981.

Inicio con la frase del maestro argentino, tomándola de mi libreta de apuntes y frases que atesoro de las lecturas que recorro. Direccionado por la mente llegó a Cortázar, y a Librería Rayuela, como antes ya he dicho y sostengo, las librerías son para los lectores, casas de cita a las que llegamos en búsqueda de placer, que eso y solo eso sentimos cuando vamos en busca de un autor preferido, de una novedad literaria, de un libro autoprometido, de una ilusión literaria postergada o con la intención de cumplirle un deseo a un ser amado al que sabemos le van bien los libros como prueba de amor, y en ocasiones de venganza.

En Librería Rayuela se cumple la alusión inicial de esta reseña ya que, en las estanterías, pulcramente organizadas y pedagógicamente distribuidas para facilidad del lector, están las palabras que hacen historias y siempre son un acto de amor.

Escribir resulta siempre un acto de buen querer, de amar, de compartir lo que se quiere contar para convulsionar. Todo pasa por el deseo, desde amar al prójimo hasta amarse a uno mismo. La palabra, entonces, deviene del amor, y con ella se genera la novela, el ensayo, la poesía, la crónica, una noticia, cualquier texto.

En Librería Rayuela -¡apunta lector!- hay espacio para que tu placer de leer se consuma en esa casa de cita, entre el café, y otros aromas y sabores. No podrá faltar un bocadillo. Una estupenda librería conducida por Mónica Varea y Juan Jervis, lectores, libreros y escritores, o sea, gente de nuestra especie. Humanos que aman los libros.

Y con uno de pequeño formato, pero de gran contenido, llegó esta fecha, que se titula ‘La cena’ y lo ha escrito Verónica Coello Moreira, una obra publicada por Cadáver Exquisito Ediciones, nombre que me recuerda a Francisco Umbral y su ensayo biografía: ‘Cela: un cadáver exquisito’.

‘La cena’, palabras que crean historias de amor y desamor, una obra en la que se respira memoria, convivencias con la lectura, revanchas vitales. Relatos agridulces, cual es la existencia humana, en 81 páginas de lo que yo considero buena literatura.

La escritora guayaquileña hace secretas mudanzas, si apuntamos lo que dice Borges: “Sí, yo creo que, en definitiva, todo lo que uno escribe es autobiográfico”. Y es derecho del cada lector interpretar lo que lee, una vez que el palabrista liberó su texto a los cuatro vientos.

De ‘La cena’ expongo una frase del relato central del cuaderno, que se aplica perfectamente a la relación escritor-lector: “El peor descuido de un caníbal… es no reconocer a otro”. Se cumple: “Sin palabra no habría historia y tampoco habría amor”

Invitados quedan a ‘La cena’, literatura envolvente, ficción con amplias puntadas de realismo que tienen asidero en el dolor, la mala experiencia, el desengaño, la obsesión, el deseo latente no satisfecho, y la certeza, la única certeza que manejamos los humanos, la de los sorpresivos desenlaces de nuestras historias personales.

“DÍA 4/

Te sigo esperando. Vuelve o llévame por favor.

Estoy mejor me lo repito todos los días y lo estoy empezando a creer. Ya no quiero escribir, estoy haciendo ejercicio. He comprado libros nuevos, decidí no esperarte más. Acepté que no vendrás por mí. Voy a soltarte en el río y empezaré a vivir…sin ti” (Pág. 32)

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Perfil

Verónica Coello Moreira

° Escritora ecuatoriana. Licenciada en Comunicación Social y Máster en Comunicación e identidad Corporativa de la Universidad de la Rioja. Colabora como invitada en la página de opinión de diario El Universo. Es docente de Lengua y Literatura.

«Palabras que crean historias de amor y desamor, una obra en la que se respira memoria, convivencias con la lectura, revanchas vitales”.