Espinosa nada a contracorriente desde la política exterior

CARRERA. Espinosa fue la primera canciller de Rafael Correa y es la primera canciller de Lenín Moreno.
CARRERA. Espinosa fue la primera canciller de Rafael Correa y es la primera canciller de Lenín Moreno.

Las principales bancadas de oposición piden su comparecencia al Legislativo, por los traspiés en su gestión.

En su rueda de prensa, la canciller, María Fernanda Espinosa, declaró que la naturalización de Julian Assange y el intento de acreditarlo como agente diplomático ante el Reino Unido se dio “en defensa de los intereses del país, de la garantía de los Derechos Humanos del asilado. Sin embargo, luego de que le tocó reconocer esto en público, las críticas no cesan. Las bancadas de CREO, SUMA y el Partido Social Cristiano tramitan su comparecencia ante la Comisión de Relaciones Internacionales y al Pleno de la Asamblea Nacional.

En el criterio de Fabricio Villamar, uno de los legisladores críticos a la gestión de la Canciller, el problema es el ejercicio de una diplomacia “sin tener la preparación necesaria para poder representar al Ecuador”.

El asambleísta sostiene que el caso de Assange fue el más grave, porque se intentó engañar al Gobierno británico, pero no es el único. “Es haber puesto la Cancillería al servicio del partido de Gobierno y no de la República”, dice, en relación al nombramiento de altos cargos del correato en el servicio exterior.

El exvicecanciller Marcelo Fernández de Córdova sugiere que para la Cancillería es “como si no hubiera habido elecciones y la situación del país no hubiera cambiado”, porque con esos nombramientos, como el intento de que Alexis Mera sea el embajador ante Estados Unidos, implican “mantener y seguir imponiendo las tesis anteriores”.

Fernández también es muy crítico del caso Assange y no cree que exista un riesgo real de que se lo extradite a Estados Unidos. “Suecia prohíbe la extradición a un país en el que puedan aplicarle la pena de muerte, lo mismo las normas de la Unión Europea, y en EE.UU. no está acusado de nada. Si analizamos la situación, el que robó la información es Chelsea Manning, condenada a 35 años, y solo estuvo preso siete años porque fue conmutada su pena por el presidente Obama”, señala el exvicecanciller.

Las otras ‘patas cojas’
Además del caso de Assange y el de los funcionarios correístas en el servicio exterior, está la no concesión de visa Mercosur a Manuela Picq y las recurrentes votaciones de Ecuador en foros internacionales en respaldo a la dictadura de Nicolás Maduro, cuando otros países de América Latina han condenado firmemente sus acciones.

5
años lleva Assange asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. Por su parte, el profesor de Relaciones Internacionales Arturo Moscoso observa que existe una lógica de “hacer favores y devolver favores a mucha gente”. De lo contrario, no se explica que Guillaume Long haya sido representante ante la sede de Ginebra de las Naciones Unidas y que Mariana Pico, la exsecretaria de Rafael Correa, esté en la legación de Bruselas, ciudad donde él reside. “Eso da la medida de una forma de hacer política exterior muy pueblerina”.

Sin embargo, a través de un comunicado de prensa, el movimiento Alianza PAIS respaldó la gestión de Espinosa y repitió el argumento de que fue una decisión soberana del Gobierno. (MMD)

Costo político
° Para el asambleísta Fabricio Villamar, se ha roto la buena fe con la que Ecuador debía actuar en el concierto internacional. Recuerda que la Constitución, en su artículo 147 numerales 10 y 17, da al Presidente la dirección de la política internacional. “La Canciller acaba de ‘hacerle meter la pata’ al Presidente porque el daño a la buena fe de Ecuador en el concierto internacional es ocasionado por ella, a nombre del Presidente”.

EL DATO
Cuando le fue otorgado el asilo, el canciller era Ricardo Patiño. Por su parte, Arturo Moscoso piensa que las consecuencias de la gestión de María Fernanda Espinosa le producen “un daño al mismo (Lenín) Moreno”. “Si estaba de acuerdo con esta situación, es una persona que no tiene idea de política internacional”, señala. La Cancillería le informó a este Diario que no hay respuestas a las críticas ni al pedido de comparecencia ante la Asamblea.