Enrique Tábara expone en la Alianza Francesa Quito

Pintor. Tábara es reconocido por sus pata-pata, imagen icónica de su obra.
Pintor. Tábara es reconocido por sus pata-pata, imagen icónica de su obra.
‘ZONA BLANCA Y GRIS’.
‘ZONA BLANCA Y GRIS’.

El reconocido artista ecuatoriano presenta hoy ‘Colección Latinoamérica’en la Alianza Francesa Quito.

Ahí están las patitas, entre azules, negros, amarillos o grises. Esas piernas, esas pata-pata, que no son otra cosa que el estilo único y carta de presentación de Enrique Tábara.

Y ahí también está Tábara, con el cabello cano, como si fuese el cenit del Chimborazo. Terno gris con finas líneas negras, camisa celeste y corbata roja y esos anteojos gruesos que avivan aún más sus ojos. Todo el tiempo con una sonrisa, camina despacio en los alrededores de la sala de exposiciones de la Alianza Francesa Quito, donde hoy inaugura su muestra ‘Colección Latinoamérica’.

“Desde hace unos cinco años ya no me preocupo en la imagen –manifiesta, mientras señala su obra ‘Espontáneo en fondo negro’-. Ahora lo que me preocupa es el espacio. La pata siempre está, y me gusta y no va a cambiar”. “La preocupación se centra ahora en el espacio”, recalca al mirar sus óleos.

Formación
La corriente constructivista, fundada por Vladimir Tatlin en 1913, ha sido fundamental en la vida de Tábara. Desde este centenario acontecimiento, el pintor ecuatoriano, de gran proyección en España, reflexiona y recuerda su trajinar artístico.

“Mi experiencia en Europa fue importante porque me ayudó a conocer lo que es trabajar en el arte. El esfuerzo que implica, la disciplina que nunca cesa”, dice Tábara, quien no se olvida sus primeros pasos en Ecuador como estudiante, cuando cursaba por la escuela de Bellas Artes de Guayaquil.

EL DATO
La exposición se inaugura hoy, a las 19:30, en la Alianza Francesa Quito y permanecerá abierta todo enero 2018.“Mi formación inicial fue fundamental. Por un lado le tenía al maestro Hans Michelson, quien siempre me decía: ‘La pintura es color. Preocúpate de componer desde el color, lo del dibujo es secundario’. Por otra parte, le tenía a Martínez Serrano, para quien el dibujo era fundamental. Si algo no estaba bien dibujado, nos rompía. Con esas exigencias sales pintando y dibujando bien, y en mi caso junté las dos”, señala el artista para después dibujar una sonrisa en su rostro.

De a poco empieza a relatar todo su paso por España, específicamente en Barcelona. En los 50’ llegó gracias a una beca otorgada por el entonces presidente Velasco Ibarra.

“En un inicio pintaba paisajes, todo era figurativo. Antes de irme a España como que lo geométrico se empezó a apoderar de mi interés. Claro que tuve mi temporada de informalista, como me junté con ellos en Barcelona, pero ahí me di cuenta que lo mío era la geometría y ya empezaban a salir las patitas. Me di cuenta que quería pintar para el futuro”, cuenta.

En medio de esto, lo precolombino siempre estuvo presente: “Me salía lo peruano. Por mi padre tengo ascendencia peruana, y me sentía como el Inca Garcilaso, incomprendido. Por entonces no había un buen concepto de nuestra cultura precolombina, entonces trabajé mucho en ella”.

Retorno
Tras nueve años, en 1964, retornó al país. Esto, luego de haber tenido una estancia por EE.UU. “Ahí es ya donde se definen las patitas y le doy con fuerza a este estilo en el que creía, y eso que al inicio me fue mal”, recuerda.
En Guayaquil, la crítica fue dura y catalogó al trabajo de Tábara como un estancamiento tras su éxito en España. En Quito, se “salvaría la vida”. “Expuse en 1970 en la Galería Altamira de Jaime Darquea y a la gente le gustó mi obra. Ahí vendí mi primera pata-pata. Ahí empezó toda la suerte con mi estilo”.

A esas primeras críticas y al éxito en Quito, Tábara las considera como su etapa de sobrevivir al mal ecuatoriano: “El problema en nuestro país, hoy y siempre, es que a nuestros artistas los transformaron en artesanos. Yo aguanté y creí en mi trabajo, pero fue duro”.

Sosiego
Varios años atrás, con la oportunidad de vivir en Quito o Guayaquil, Tábara decidió asentarse cerca de Quevedo.

TOME NOTA
Los horarios de exhibición son de lunes a viernes de 09:00 a 19:00 y los sábados de 09:00 a 13:00.“Yo soy del campo. Conocí el mar a los 19 años y nunca me gustó. No soy para la playa ni para las grandes ciudades. Prefiero la naturaleza, que es la que me inspiró toda la vida”, dice este artista que a los 6 años dibujaba mariposas y plantas.

Ahí es su refugio y en ese lugar han nacido sus series de ‘Árboles con zapatos’ y de ‘Insectos’. “Me encantaba ponerle pantalones, piernas y patas a los árboles, pero llegó un momento en que sentí en que caí en la frivolidad de la pintura, por eso regresé a las exploraciones geométricas con mis pata-pata”.

Con 87 años de edad, lúcido e incansable, Tábara con sus pata-pata sigue confirmando que el trabajo se defiende solo y que nadie puede meterle el pie. (DVD)

Perfil

Enrique Tábara

° Pintor ecuatoriano (Guayaquil, 1930). Realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes bajo la instrucción de Luis Martínez Serrano y de Hans Michelson. Mediante una beca viajó y estudió en España. Obtuvo el Segundo Premio Internacional de Pintura Abstracta en 1960. En 1967 ganó el Primer Premio en el Salón de Julio de Guayaquil. En 1988 recibió el Premio Nacional Eugenio Espejo. Ha expuesto en París, Nueva York, Sao Paulo, entre otras ciudades.