Cine y poder

Por: Eduardo F. Naranjo C.

La mayoría de países de menor desarrollo no toman en cuenta el poder de la imagen. El cine es una poderosa arma construyendo “realidades” al antojo; quienes controlan Hollywood, a más de hacer un gran negocio, introducen ideologías y propuestas a través de una desbordante ficción, en algunos casos con guiones supervisados por agencias estatales.

Rusia, China, Japón, India, Brasil y otros fomentan su industria, aunque sin el éxito de distribución que tienen los que después de Hitler se apoderaron del método. Lo alarmante es que nosotros no damos suficiente impulso a esta industria. En los últimos diez años algunas producciones interesantes se lograron, sin embargo, todas enfocadas hacia el problema existencial humano y algo de comedia que está bien, pero el medio como arma de combate para fomento de imagen no se da.

El tema que más conoce el presidente Moreno es el turismo, por eso entenderá la necesidad de producir películas nacionales y extranjeras que vendan nuestras ciudades y paisajes, pero con guiones de impacto masivo, es decir ficción bien encadenada, desde extraterrestres hasta espías y conspiraciones, géneros de alto suspenso, con guionistas y directores nacionales y extranjeros.

El planteamiento viene al analizar películas taquilleras, que subliminalmente venden las grandes urbes como escenario son motivación para que la gente desee estar allí. De casualidad en un vuelo internacional encontré una película tipo comedia, con una actriz conocida, que se supone ocurría aquí, ridiculizaba al país con bandas de asaltantes al turista. En otro film de espionaje un falsificador de pasaportes le entrega uno de Ecuador y el protagonista se burla diciendo “cómo me vas a poner de ese país”. ¿Queda duda de una campaña dirigida contra nuestro pequeño mundo?