Aspectos del pasado que ahora parecen extraños

Con el desarrollo de la tecnología y los nuevos métodos de investigación, se puede afirmar que se sabe todo sobre los ancestros. Sin embargo, cuanto más se aprende sobre su vida cotidiana, más impresionan algunas de sus costumbres, que resultan demasiado extrañas incluso para los estándares modernos.

Genial.guru reunió algunos datos muy curiosos de las personas que vivieron en la antigüedad. (PT)

Mujeres usaban azufre para su cabello
° Los griegos y los romanos usaban un tinte permanente para el pelo que constaba de diferentes sustancias químicas, incluido el azufre.

En la década de 1700, a los italianos les gustaba remojar su cabello largo en soluciones corrosivas de cloro para obtener un color dorado en sus mechones. Muchas damas europeas se ponían azafrán y polvo de azufre para lograr una bella apariencia. Los afganos también creían que teñir el cabello con diferentes colores podría curar el dolor de cabeza.

Bolas de vidrio y hule molido como implantes
° Desde la antigüedad, las mujeres han usado diferentes formas para mejorar su apariencia. Los senos no fueron una excepción. La primera cirugía de mamas se realizó en 1895 por Vincenz Czerny. El médico necesitó hacer los senos de su paciente luego de cortar un tumor. Después de eso, los doctores utilizaron diferentes materiales para agrandar los senos: marfil, bolas de vidrio, goma molida y otros rellenos.

Excrementos de animales para tratamientos
° Puede sonar mal, pero es un hecho: las personas en la antigüedad utilizaban estiércol animal para curar y tratar diferentes enfermedades. Por ejemplo, las mujeres en la antigua Grecia creían que el estiércol de cocodrilo podía valer como un poderoso anticonceptivo y lo insertaban en su vagina. En el antiguo Egipto, los guerreros aplicaban estiércol de animal a sus heridas. Los excrementos de las ovejas se usaban en la medicina popular escocesa para tratar la viruela. El estiércol de cerdo fresco servía para detener la hemorragia nasal. Un consejo: no intentes nada de esto en casa.

Médicos perforaban agujeros en las cabezas
° Los doctores siempre tuvieron mucha curiosidad sobre el cuerpo humano y usaron varios métodos ‘comprobados’ para curar muchas enfermedades. La trepanación fue uno de ellos. Los médicos creían que podían curar enfermedades como convulsiones, dolores de cabeza e infecciones. Pensaron que las diferentes patologías eran causadas por un espíritu maligno atrapado dentro de la cabeza de la persona y entonces hacían pequeños agujeros en su cabeza para dejar salir a la entidad. Afortunadamente, esta práctica fue olvidada casi por completo a fines de la Edad Media.

Se contrataban ‘lloronas’ para los funerales
° Un funeral en la antigua Roma comenzaba con una procesión que llevaba a los difuntos por toda la calle. Los familiares iban detrás llorando. Cuantas más personas asistían al funeral, más respetada era una persona. A veces la familia contrataba mujeres especialmente para que lloraran y así impresionar a la multitud. Para hacer que su tristeza fuera absolutamente creíble, las damas se lastimaban las mejillas hasta sangrar y se arrancaban mechones de cabello. Más tarde, esta tradición se consideró demasiado extrema y negativa. A las personas no se les permitía contratar profesionales para llorar porque “estos actos invocaban emociones fuertes y eran incompatibles con la idea de la vida tranquila de las personas”.

Existían baños públicos en la antigua Roma
° Probablemente no sabías que la gente en la antigua Roma usaba todos los medios posibles para cuidar su higiene personal. Entraban regularmente a baños públicos y usaban además limpiadores naturales, exfoliantes y esponjas para el baño. Sin embargo, solo unas pocas personas pudientes podían darse el lujo de tener un baño o inodoro privado en su casa. El resto de la población iba a los baños públicos, que estaban hechos de largas hileras de piedra maciza o madera con un agujero cada varios metros. El agua que corría constantemente en estos baños destilaba los desechos en un sistema de alcantarillado. Durante siglos, las personas y sus costumbres han cambiado demasiado. Ahora ni siquiera nos podemos imaginar viviendo como lo hacían antiguamente.