Cierto es…

Fausto Jaramillo Y.

¿Quién soy yo, para intentar atentar contra el espíritu de la navidad, que lleva a todos los hombres de buena voluntad, a abrir su mente y sus sentimientos a fin de permitir la entrada de la paz y la solidaridad?

Cierto es que los ecuatorianos tenemos muchos problemas, muchos defectos, muchas debilidades. Cierto es que no nos falta razón para negarnos a festejar. Que nos han robado hasta la esperanza, que miramos con estupor cómo la violencia se ha regado como un fluido maligno por las venas de los hombres y de las sociedades. Que no hay día en que no sepamos de la muerte de una mujer, de una niña, de un anciano o de cualquier ciudadano por el único delito de caminar por este mundo.

Cierto es que los temas políticos se han enturbiado hasta esconder nuestras virtudes. El odio pretende dividirnos y los dimes y diretes se han convertido en el pan distractor de cada día.

Cierto es que las mafias del narcotráfico se han tomado las carreteras del país para llevar su malsano producto hasta los puertos de embarque, sembrando a su paso la codicia, la ambición y hasta la muerte.

Cierto es que la naturaleza, en este año y en el anterior, no ha sido benigna con nosotros, nos ha golpeado con fiereza y con dureza; y nadie puede prever si nos seguirá haciéndolo.

Cierto es que desde hace años desconfiamos de nuestros líderes que no han aprendido que la política no debe estar separada de la ética.

Cierto es que nuestro país es rico en recursos naturales, pero también es cierto que no hemos sido capaces de emprender innovadoras formas de producción y de comercialización.

Cierto es que…… y así podemos seguir enumerando todas aquellas razones que impide que nos llegue la esperanza; pero yo no quiero alimentar esa depresión que nos invadiría si nos fijásemos en esa lista. Por eso, yo quiero apostar por el trabajo, el optimismo, la solidaridad, la alegría que surge del esfuerzo, por la amistad y la “chispa” con la que sabemos alegrar cada minuto de nuestras vidas. En fin, quiero apostar por el Ecuador y por los ecuatorianos.

Que el espíritu de la Navidad nos invada de tal manera que no nos abandone durante todos los días del próximo año.