“Ya viene el niñito jugando entre flores/ y los pajaritos le cantan amores”. La letra de este villancico nuestro es identidad, cultura y tradición. La Navidad ha convocado históricamente a músicos, pintores, poetas, artistas y artesanos del mundo para celebrar el nacimiento de Jesús y su revolución pacífica de amor y justicia. Los pastores fueron los primeros en acudir al pesebre con su sincera alabanza y, luego, los tres Reyes Magos de Oriente.
Desde ese espíritu de enaltecer lo que se ama y cree, hay personas que cada diciembre regalan su talento, paciencia y cariño con algo especial para la Navidad. Yolanda Erazo, del Movimiento de los Focolares, vecina del barrio América, ocupa semanas en hacer su nacimiento. Más de 2.500 piezas, 15O nacimientos, incluidos 65 en miniaturas, hablan de su dedicación. Lo hace desde hace 30 años porque de niña vivió tiempos difíciles en épocas navideñas y por su fe.
En la sala de su departamento arma su obra con nacimientos de múltiples formas y orígenes: de Roma, Bélgica, Suiza, Canadá, Perú, México y otros países. Ecuador está representado con figuritas del Carchi, Zamora Chinchipe y Morona Santiago que tiene un Niñito ‘chirisiqui’, comenta Yolanda. Galápagos se adorna con piqueros de patas azules y el emblemático solitario George. El Nacimiento de Baños tiene ‘La casa del árbol’. Hay uno con vestimenta tsáchila y otro con el atuendo negro saraguro.
Manabí tiene el Belén en un coco. La cultura tsáchila está en este encuentro intercultural. Una cáscara pequeñísima de pistacho acoge a la Sagrada Familia y es el nacimiento más diminuto. Yolanda participa activamente en su vida religiosa y comunitaria. Como ella, muchas familias en Ecuador y en el mundo prepararon su casa y su corazón con obras de dedicado amor por la Navidad.