César Ricaurte evalúa los 10 años de Fundamedios. Hoy recibe el galardón franco-alemán de DD.HH.
¿A qué estadio social llegó el país, 10 años atrás, para que haya tenido que surgir una organización como Fundamedios para defender un derecho tan elemental como el de expresión?
Es una pregunta que me he formulado varias veces. Evidentemente la llegada de un gobernante autoritario como Rafael Correa no es casualidad. Hay un acumulado de luchas sociales que explican que el país se haya jugado por un proyecto político. Hay un acumulado de crisis económica y política para que el país haya buscado un líder nuevo. Pero también hay otro caudal de acumulados que está en el inconsciente colectivo que explica también la búsqueda de caudillos y mesías. La construcción de las relaciones sociales en el país pasan mucho por el autoritarismo.
¿Por qué se opacó tanto el debate público al punto que los detractores de Fundamedios quisieron hacer creer al país que esta era la lucha de tres o cuatro gerentes de medios, cuando lo que en realidad sigue en juego son los derechos de expresión y asociación?
Es lamentable que en esta construcción colectiva del autoritarismo haya habido tantas complicidades. Es evidente que gran parte del mismo gremio periodístico no tenía la más mínima idea de qué era la libertad de expresión y la libertad de prensa. Cuando Correa empieza con su discurso estigmatizante hacia la prensa, gran parte de los medios decían que eso era problema de ‘esos periodistas que se meten a políticos’ y lo que se tenía que hacer era ‘mejor periodismo’, con una arrogancia absoluta, sin darse cuenta que en sus manos estaba la defensa de un derecho fundamental, no en manos de Fundamedios. Y no hay que olvidar el papel nefasto de cierta parte de la academia en avalar la Ley de Comunicación.
¿La perseverancia de Fundamedios les ha llevado a cometer errores en esta década?
Hay muchas circunstancias que pueden hacer pensar que defendimos causas equivocadas. Pienso cuando nos criticaban por defender a Fernando Villavicencio, cuando el propio gremio periodístico no lo reconocía como colega sino como político, como dirigente sindical. El caso de Fernando es curioso porque en él se entrecruzan esas variables, que muchas veces son incompatibles.
Pero lo que está en la base es su derecho a la libre expresión, pensamiento y asociación, sea periodista, activista o sanduchero…
Eso fue lo que siempre teníamos en mente. En todo caso asumimos todos los errores que se pudieron haber cometido y a la par estamos conscientes de que la única posibilidad de no cometer errores es no hacer nada. Ahora, nuestra perseverancia no significa necedad, pues hemos podido identificar los desafíos según distintos escenarios.
¿Así se explica que ya no solo aboguen por el derecho a la libre expresión sino también por el de asociación?
EL DATO
César Ricaurte recibe hoy el Premio Franco-Alemán a los Defensores de Derechos Humanos. La cita será a las 19:00 en la residencia de la Embajada de Francia.Nuestro punto de inflexión se da en 2011, en la audiencia de la CIDH cuando el Estado ecuatoriano eleva la confrontación, con el Canciller y 42 altos funcionarios, para hacer el ridículo. A partir de eso nos convierten en objetivo de todos los embates. Luego llega la Ley de Comunicación y el Decreto 16. Allí el modelo autoritario se consolida. En ese momento dijimos que nuestro papel será el de la resistencia.
¿Una resistencia que se tradujo en talleres, en libros, en redes con otros actores sociales?
La creación de redes de solidaridad, internas y externas, fue una de las posibilidades reales de sobrevivir. Y nos sentamos en la mesa con grupos con los cuales jamás hubiese pensado que me iba reunir.
De cara a la vigencia de la Ley de Comunicación hay voces que piden cambios-parche y otros un volver a fojas cero. La respuesta de Fundamedios es trazar una nueva hoja de ruta en las relaciones entre Estado, sociedad civil y medios. ¿Cómo marcha ese proceso?
Por más que el presidente Moreno haya bajado las tensiones con la prensa, toda la legalidad correísta permanece intacta. Consideramos, de cara a la consulta, que se debieron echar abajo todas las enmiendas del 2015. Se debió consultar sobre la Ley de Comunicación y la Supercom. El presidente Moreno, por tanto, ha perdido esa posibilidad. Pero la sociedad civil no la puede perder. En esa hoja de ruta pedimos al Ejecutivo que reforme los reglamentos a la Ley de Comunicación: podría hacerlo mañana mismo. Nosotros no hablamos ni de derogar la Ley ni de reformarla. Lo que señalamos es que muchos de sus artículos van contra tratados internacionales y cualquier discusión debe tener como base ineludible los estándares internacionales.
Los 10 años de Fundamedios bien pueden explicarse con la figura de Sísifo. ¿De dónde llega la fuerza a la organización para pensar en un nuevo momento?
Cuando asistí a las Mesas de Diálogo de la Comunicación y escuchaba las intervenciones de académicos y desde los gremios, decía que hemos vuelto 10 años atrás y que era increíble la incapacidad de aprender de gran parte de la sociedad. Por ello la fuerza nace de la convicción de que nuestro trabajo es valioso. Nuestro objetivo en este momento es abrir la puerta hacia la transición democrática. (IFP)
FRASES
Tenemos que cuidarnos de que nos hagan caer en las tumbas de la gloria. Fundamedios seguirá siendo relevante en la lucha por derechos y libertades”.
“A nosotros nos tocó ponernos al frente de la batalla porque en un momento dado no había nadie más. Y nuestra virtud ha sido la perseverencia”.