Antonio Ordóñez: una mirada a su ‘Éxodo de Yangana’

Director. Durante uno de los ensayos previos al estreno de la obra.
Director. Durante uno de los ensayos previos al estreno de la obra.

El director de Teatro Ensayo adaptó ‘El éxodo de Yangana’ de Ángel F. Rojas. Se estrenó en el Teatro Nacional CCE.

ALBERTO TASSARA MUÑOZ

En 1949, el escritor ecuatoriano Ángel Felicísimo Rojas (Loja, 1909-Guayaquil, 2003) publicó una de las novelas más emblemáticas de la literatura ecuatoriana: ‘El éxodo de Yangana’.

El pasado primero de diciembre, 68 años después de su aparición, el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana fue un libro abierto cuando se presentó una adaptación escénica de ‘El éxodo de Yangana’, realizada por Antonio Ordóñez Andrade (1943).

El maestro Ordóñez es un reconocido actor y director ecuatoriano, así como un personaje clave del movimiento tzántzico y exponente de la obra ‘Réquiem por la lluvia’, un clásico de la dramaturgia ecuatoriana.

‘El éxodo de Yangana’, llevada a escena junto a Teatro Ensayo, elenco que dirige, representa el cierre de un año donde también estrenó ‘Los cuadernos de la Tierra’, basada en la obra de Jorgenrique Adoum, y recorrió el país con ‘Las cruces sobre el agua’, de Joaquín Gallegos Lara.

Propuesta. Un total de 13 actores encarnan la diáspora de Rojas.
Propuesta. Un total de 13 actores encarnan la diáspora de Rojas.

La novela
Esta novela narra la huida de los habitantes de Yangana, un pequeño pueblo ubicado en Loja, hacia la Amazonía. Los lugareños huyen para no ser castigados por las leyes ya que asesinaron al gamonal que se apoderó ilegalmente de las tierras del sector y explotaba a los habitantes del pueblo.
Esta anécdota evoca a ‘Fuenteovejuna’, de Lope de Vega, que presenta a todo un pueblo que se hace responsable del crimen del comendador por los abusos que realiza.

Sin embargo, existen diferencias entre las dos historias. Lope de Vega se enfoca en los abusos del Comendador, que se producen por la estructura del Estado español de la época, y la solidaridad del pueblo hacia la persona que asesina al Comendador. Nadie acusa al culpable, a pesar de las torturas.

Rojas, por el contrario, no se centra únicamente en las injusticias hacia los pobladores, sino que narra sus costumbres. Muestra el amor que sienten por su tierra y la diferencia que existe entre la noción de producción del gamonal y la visión del pueblo.

Al describir las costumbres, así como el perfil psicológico de cada uno de los pobladores, se embarga en el indigenismo, donde se sobrepasa la descripción hasta llegar a la exaltación. En esta novela se exalta la cosmovisión del mundo rural e indígena.

El teatro
Ordóñez realiza una hermosa adaptación de esta novela. El autor sintetiza acertadamente un libro extenso (vale recordar que en el primer tomo del libro se describe extensamente a cada personaje).

En la adaptación, se inicia con el éxodo y la relación entre los personajes, lo que permite que el espectador se interese desde el inicio en la trama.

Otro éxito es la forma de exhibir la violencia, la cual es trabajada por Ordóñez desde lo poético para entender la injusticia de la época. Todo esto en medio de la interpretación de trece actores.

Algo que resulta penoso que no mencione, con la minuciosidad que hace el autor, son los descubrimientos de Míster Spark. No se aclara con detalles el carácter de este extraño personaje. Se hace mucho detalle, eso sí, en la figura de Fosforito. Éste es el pirómano del pueblo que quema parte de los latifundios obtenidos ilegalmente.

A lo largo de la obra se mezclan los monólogos, como el de la campesina que dio a luz a su hijo en pleno éxodo; las conversaciones entre los personajes, cuando cruzan un río caudaloso con una cuerda; o cuando explican lo que simbolizan los alimentos que produce el suelo: la esperanza en el futuro. Todo esto en medio de la danza, que en su conjunto muestra la preparación de los actores y el trabajo y rigor que han realizado en los ensayos.

El Teatro Ensayo, al adaptar esta novela, tiene dos éxitos: por un lado, mostrar la cultura indígena ecuatoriana y revalorizarla; por otra parte, reflexionar sobre lo que implica un éxodo, pues en la actualidad existen varios éxodos –muchos violentos como los viajes peligrosos de africanos a Europa, o de sirios-. Con esta puesta en escena se consigue mostrar la parte nacional y universal de este éxodo.