Proyecto ecuatoriano es cuarto lugar en Premio de Innovación Intercultural de la ONU

INTERCULTURALIDAD. El proyecto ha permitido a mujeres amazónicas generar ingresos e impulsar conciencia ambiental.
INTERCULTURALIDAD. El proyecto ha permitido a mujeres amazónicas generar ingresos e impulsar conciencia ambiental.
INTERCULTURALIDAD. El proyecto ha permitido a mujeres amazónicas generar ingresos e impulsar conciencia ambiental.
INTERCULTURALIDAD. El proyecto ha permitido a mujeres amazónicas generar ingresos e impulsar conciencia ambiental.

Awakkuna es una iniciativa de la Universidad Regional Amazónica Ikiam y comunidades de Tena. Consiste en tejer animales amazónicos amenazados o rechazados.

El pasatiempo de la bióloga molecular Caroline Bacquet, profesora de la Universidad Regional Amazónica Ikiam, es tejer. Jamás se imaginó que esa habilidad se convertiría en una iniciativa de concientización sobre el cuidado a los animales, permitiría el empoderamiento económico de mujeres amazónicas y le llevaría a ganar el cuarto lugar en el premio de Innovación Intercultural de las Naciones Unidas.

“A mí me gusta mucho trabajar con comunidades, tenía una idea de educación ambiental y para esa idea empecé a tejer animalitos de la Amazonía que estaban amenazados y que producían rechazo en la población”, cuenta Bacquet. Al principio, llevó con sus estudiantes los animalitos a las escuelas, posteriormente la Ikiam organizó talleres para que ella y la profesora María Cristina Gallegos enseñaran a tejer a mujeres de comunidades.

“Allí empezó a crecer el proyecto porque otras comunidades que también quería aprender nos buscaron, entonces hemos dado talleres en 5 comunidades y les hemos enseñado a hacer serpientes, monos, ranas, armadillos y tortugas”, señala.

Esta actividad sirvió para que mujeres de estas comunidades, como Gladys Grefa, vendan a los turistas, se empoderen y participen de la economía local.

Grefa señala que la producción artesanal de estos ‘animalitos’ ha contribuido a disminuir el miedo a ciertas especies, que por la cosmovisión generaban rechazo en las comunidades. “Tejemos inspiradas para hacer acabados de calidad y concientizar sobre el tráfico de animales, evitar el cautiverio”, cuenta. Ella es una de las mujeres que activó su economíca gracias a este proyecto. “Me he dedicado a tejer y a vender los animales, ha sido un ingreso económico para sostener a mi familia”.

“Mi interés primordial siempre fue que a través del tejido las propias comunidades conozcan y se informen sobre las especies para que no las maten, pues algunas serpientes al ser venenosas, por ejemplo, causaban un gran rechazo”, señalo Bacquet, feliz de haber suscita una iniciativa que se impuso entre 1400 de 130 países. (MMD)