Vivir con virus

Pablo Izquierdo Pinos

Con la mirada parroquial de los pseudo-técnico- salubristas cuya hoja de vida es ser licenciados en historia, pasantes una semana en genética de un hospital parisino o graduados en la universidad Patricio Lumumba, inauguramos la epopeya sanitaria como pioneros: los mejores sistemas de emergencias para pacientes que mueren porque las ambulancias nunca llegan; envidiables instituciones de calidad y control sanitario, pero los pobres siguen muriendo intoxicados por alcohol industrial hasta en las cárceles; la red de salud más eficiente, donde si es afiliado no lo atienden en el MSP y viceversa.

“Programas pantagruélicos”, según el Dr. Rodrigo Fierro. Mitos, falacias justificadas con propaganda millonaria: Si aumentaron los indicadores es porque no había estadísticas, la culpa es del otro. Tapar nuestras miserias. Hoy en otro tren, los mismos, con las mismas imposturas, peores resultados.

Ahora, en los primeros lugares en Latinoamérica con más contagios nuevos de VIH/Sida y con más de 56 mil infectados, le “hacen decir” al presidente Moreno, “Ecuador será pionero (iniciador) en el mundo en erradicar la transmisión materno infantil de VIH”, da vergüenza ajena: en la región Cuba fue el pionero hace ya varios años y luego Canadá, EE.UU., Chile, Puerto Rico, ya pasaron a la prevención combinada mediante la profilaxis preexposición (prevención en personas seronegativas) y postexposición (relaciones sexuales desprotegidas)

Sería genial evitar la transmisión de la madre al feto en las 767 embarazadas portadoras de VIH en 2017. A tres años de suscribir las metas regionales de prevención, pregunto: ¿Por qué no evitamos el incremento de 3.152 casos en 2015 a 5.000 en 2016, con un promedio de 13 contagiados por día? ¿Por qué solo la mitad de contagiados reciben tratamiento? ¿Por qué la ruptura de stock en la compra de antirretrovirales, pruebas de carga viral y detección rápida?

El fin del sida es hoy. Hay que salir a buscar a los pacientes con VIH y tratarles para que caiga la incidencia. La pandemia cambiará con testeo y tratamiento, estrategias que sirven al paciente, a la salud pública y que los profanos no inventen más fantasías.

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