Gaitán: tumba y escatología

Por: Rafael Rojas

Visité la Casa Museo de Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá. Muchas cosas impresionan del recinto: las lecturas positivistas del joven abogado penal, la religiosidad de sus discursos, la intensa relación con su hija Gloria, el gimnasio improvisado en el baño, la fachada del edificio donde estaba su despacho hasta el 9 de abril de 1948, día del ‘Bogotazo’… Pero nada como la historia de la tumba del líder del Partido Liberal colombiano.

Días después del asesinato de Gaitán por Juan Roa Sierra, su viuda, Amparo Jaramillo, enterró al político en la sala de la casa y ocultó el hecho a la policía del gobierno de Mariano Ospina que, sin embargo, allanó la residencia, extrajo el cadáver y lo sepultó en una fosa común. En 1988, durante la celebración de los cuarenta años de la muerte de Gaitán, el presidente Virgilio Barco facilitó la exhumación del cadáver y su traslado al patio izquierdo de la casa de Santa Teresita.

La tumba se encuentra en medio de un magnífico y fantasmal edificio, que nunca llegó a terminarse, llamado ‘Exploratorio Nacional’. En un jardín interior, que lleva el rimbombante nombre de ‘Patio de la Tierra’, está Gaitán enterrado de pie, pero sin el corazón y el cerebro que, según la familia, se preservan en un lugar oculto.

En la tarja junto a las oraciones “por los humildes” y “por la paz”, dos de sus célebres discursos, se dice que Gaitán “está enterrado de pie, mirando hacia San Pedro Alejandrino, en tierra proveniente de todos los municipios de Colombia, regada con agua del Canal de Panamá, del río Magdalena y de nuestros mares Pacífico y Atlántico”. Y concluye: “porque es semilla y no cadáver, fue sembrado el cuerpo del caudillo popular”.

Los guías de la Casa Museo atribuyen al presidente Álvaro Uribe la negativa a continuar y culminar las obras, pero, a juzgar por la historia política colombiana reciente, el desinterés tal vez no sea sólo de Uribe y sus partidarios. La escatología del gaitanismo, su grandilocuencia mortuoria, llega a extremos poco persuasivos y atenta contra el propio culto al héroe populista.

*Ensayista cubano. Tomado de http://www.librosdelcrepusculo.net/