Los toreros triunfaron en el corazón de Quito

Emoción: La procesión de la virgen Esperanza de Triana dio inicio al festejo. (Foto: Lorena Calderón)
Emoción: La procesión de la virgen Esperanza de Triana dio inicio al festejo. (Foto: Lorena Calderón)
Figura. El francés Sebastián Castella triunfó en la plaza Belmonte. (Foto: Lorena Calderón)
Figura. El francés Sebastián Castella triunfó en la plaza Belmonte. (Foto: Lorena Calderón)
Valor. ‘El Fandi’ iluminó la noche quiteña. (Foto: Lorena Calderón)
Valor. ‘El Fandi’ iluminó la noche quiteña. (Foto: Lorena Calderón)
Joven. Jesús Enrique Colombo es una nueva figura del toreo. (Foto: Lorena Calderón)
Joven. Jesús Enrique Colombo es una nueva figura del toreo. (Foto: Lorena Calderón)

Por: Santiago Aguilar.

El Festival de la Virgen Esperanza de Triana es un acontecimiento clave de la temporada taurina ecuatoriana; desde hace trece años por el recoleto redondel de la Plaza Belmonte desfilan las más importantes figuras del toreo mundial para poner en escena un espectáculo conmovedor que materializa, en un solo acto, las profundas emociones de la fe católica nacidas en los corazones de los devotos a la sagrada imagen y la marcada afición a los toros que caracteriza a los quiteños.

La solemne procesión que precede al paseíllo marca el curso de un festejo en el que los episodios de buen toreo se presentan –como se vivió una vez más- sin solución de continuidad, con las figuras prodigándose en la arena y un público jubiloso en el graderío.

La terna triunfó de forma rotunda, “El Fandi”, Castella y Colombo exhibieron sus personales tauromaquias en seis interesantes faenas ajustadas a las prestaciones del lote de reses de Huagrahuasi y Triana que colaboraron de manera dispar con sus lidiadores.

David Fandila “El Fandi” recibió una oreja simbólica del que abrió plaza al cabo de un dispuesto trasteo en el que la variedad al manejar el capote con verónicas y chicuelinas encaminó la alegría popular que creció en el segundo tercio compartido con el joven Colombo. Con la muleta resolvió con solvencia y se adornó con alegría por molinetes y manoletinas.

El premio se calcó al cabo de la lidia del cuarto al que saludo rodillas en tierra en tres vistosas largas cambiadas, el floreo de las zapopinas y el capote volador de la serpentina dieron alegría al quite como el trepidante tercio de banderillas cumplido, otra vez, con Jesús Enrique Colombo. Con la muleta la firmeza le permitió rescatar buenas series con la mano izquierda y cabal el reconocimiento de la parroquia.

El francés Sebastián Castella volvió a exhibir su credencial de figura, en especial en el quinto de la noche al que toreó con categoría tanto de capote como de muleta. Las verónicas iniciales tuvieron cadencia como intensidad las apretadas chicuelinas. La tarea muletera se asentó en el poder para enganchar las embestidas de un exigente animal y en el temple de seda para enseñarle el camino. El mando inicial se convirtió en la suavidad de tres preciosas series de naturales que antecedieron a dominadores doblones con los que culminó su quehacer que bien valió los dos apéndices simbólicos. A su primero de escasa fuerza lo trasteó con decoro y brevedad.

El triunfo de los maestros no afligió al venezolano Colombo que mostró su juvenil entrega y vistoso concepto; con el corrido en tercer lugar manejó la capa con valor al pasarse al ejemplar con las rodillas en tierra cerca de los tableros, los lances a la verónica tuvieron fuste y compromiso las chicuelinas posteriores que caldearon el ánimo de los aficionados al punto que en el tercio de banderillas cubierto junto a ‘El Fandi’ la euforia correspondió a una secuencia de cuarteos, quiebros y galleos de garbosa ejecución. Con la tela roja Jesús Enrique hilvanó buenas tandas de muletazos con las manos bajas que acompasaron las embestidas de un colaborador toro de Triana en especial en tres largos muletazos circulares luego condimentados con el adorno de la luquecina. Con el personal sorprendido y entregado la recompensa del doble apéndice fue un acto de justicia. Como procedente fue la vuelta al ruedo en el que cerró plaza al cabo de una tarea voluntariosa y tesonera.

La feria celebra a Quito

° La feria que conmemora el centenario de inauguración de la Plaza Belmonte continuará los días domingo y martes con la realización de dos festejos taurinos en los que participarán los más destacados toreros ecuatorianos.

El domingo 3 de diciembre, desde las 12:30, habrá Novillada mixta. Seis novillos para Mariano Freire y José Andrés Marcillo, así como los rejoneadores Álvaro Mejía y David Albuja. El martes 5 de diciembre, desde las 15:30, habrá corrida mixta. Reses de Ortuño para Álvaro Samper, José Andrés Marcillo y el rejoneador Álvaro Mejía.