Moral y políticamente incorrecto

Por: Fabián Cueva Jiménez

El griego Diógenes, a quien lo apodaron ‘El Cínico’, dijo que el hombre era superior a las bestias por su sabiduría. Pero, al mismo tiempo, cuando vio a agresores, intérpretes de sueños y a quienes se creían grandes por tener honores o riquezas, no pudo evitar pensar que el hombre es el más idiota de los animales.

Pensamientos originarios de libertad que pregonaba, fueron cambiados por el seguidor del cinismo griego, cuando pasó un ministro del emperador y le dijo:”¡Ay, Diógenes, si aprendieras a ser más sumiso y adularas al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas!”, a lo que Diógenes contestó : “ Si aprendieras a comer lentejas, no tendrías que ser sumiso y adular tanto al emperador”.

Sumisión, adulo y complicidad es lo que advertimos en quienes no permitieron el juzgamiento político al exministro de educación, ahora asambleísta. Borraron con cinismo y sarcasmo la intención de sancionar a los culpables y cómplices, por el atropello a niños, niñas y adolescentes en execrables actos de agresión y abuso sexual.

El cinismo de Diógenes ha mutado de una filosofía o una actitud, es una forma de vida, de pensar y de expresarse, tan cierto que observamos reacciones sin sobresaltos ni culpabilidades pese al enorme daño causado a la sociedad.

Hay otro motivo para un juicio político: no cumplir con la Constitución, la Ley Orgánica de Educación Intercultural y su Reglamento. En seis años no crearon el Consejo Nacional de Educación, destinado a determinar los mecanismos de participación ciudadana con representantes de diversos sectores.

Lo que no hizo el exministro, por sus consecuencias, es un delito contra la colectividad. Es moral y políticamente incorrecto. Nadie está exento de responsabilidades. No cumplió con sus funciones o las omitió.

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